El juego dejó en claro el estilo propio de cada entrenador. Por un lado, Alejandro Apud, que paró un 3-4-1-2 en el campo y azotó constantemente a su rival con una insaciable presión. Boston River es de los mejores equipos en el trato del balón, y eso se vio reflejado en cada transición de defensa a ataque que plantearon sus jugadores. Toques cortos, pases precisos, huecos definidos y jugadas coordinadas que hicieron llegar a ataque con ventaja ofensiva. Wanderers se complicó en el primer tiempo y la pasó feo en el fondo por no haber podido controlar las triangulaciones propuestas por el equipo del barrio Bolívar. Por la derecha, Pablo Álvarez llegaba constantemente a la línea final, como de sorpresa, y era una opción más en ataque.
Por el lado de Wanderers, el floridense Jorge Giordano se inclinó por un 4-2-3-1, con jugadores de buen trato de balón que no pudieron conectarse en el primer tiempo. El trabajo sucio recayó sobre Adrián Colombino y Rodrigo Viega, que debieron sortear obstáculos en cada arremetida de Boston River. Zafaron bien. De mitad de cancha hacia adelante fue imprecisa la conexión en el bohemio. Ignacio González no encontraba huecos precisos para asistir en profundidad, y eso el equipo lo sintió. La más clara vino en el final del primer tiempo, con una arremetida de Rodrigo Pastorini por la izquierda. El floridense tiró un precioso pase entre líneas, que Sergio Chapita Blanco no pudo definir de la mejor forma. Goles errados.
No quedaba tiempo para más, pero Boston River fue vivo y trató el balón con inteligencia. Pablo Ceppelini, el mejor del partido, comandó un ataque y encontró un hueco para meterle flor de pase al delantero Maximiliano Sigales. El veloz atacante llegó primero a controlar el balón en el área, pero en el camino lo bajó el arquero Martín Rodríguez. Fue un claro penal que Ceppelini cambió por gol con un bombazo, para irse en ventaja al descanso. Wanderers afinó tuercas en el complemento y estuvo más preciso en el trato del balón. En una rápida contra vino el empate. Otra vez Pastorini la llevó, esta vez por la derecha, y metió un precioso centro pasado al área rival. Con un gran gesto técnico la bajó Rodrigo Chino Rivero de zurda, y con la misma pierna definió ante la salida tardía de Adrián Gallego Berbia. La mesa estaba servida.
Con mucho por jugar, las chances aparecieron, pero fue Boston River el que tuvo las más claras e hizo lucirse a Martín Rodríguez. Una acción discutida entre Mauro Vila y Alex Silva dejó a los bohemios con un hombre menos. El lateral tomó del cuello al volante, que se quedó quieto luego de un cruce, y el árbitro Andrés Matonte decidió expulsarlo y sólo amonestar a Villa.
Boston River siguió con la misma tónica de balón dominado, sumó hombres en ataque, pero no pudo conectar ninguna chance. Wanderers no se quedó atrás: con lo que pudo, intentó, y casi tuvo su premio.