La viola no afloja y se quiere quedar con el Campeonato Uruguayo. Ayer, Defensor Sporting disputó un partido durísimo con Wanderers en el estadio Luis Franzini. En lo previo, el duelo con los bohemios era difícil por donde se lo mirara. Para empezar, por el rival, el siempre complicado equipo de Jorge Giordano, que a pesar de que no está haciendo una muy buena campaña –está penúltimo en el Torneo Clausura–, justo había levantado el fin de semana con una victoria en su casa a Rampla Juniors. En segundo orden, pero no menos importante, a los tuertos les tocó cerrar esta etapa, entonces jugaron con resultados vistos y estaban obligados a ganar, porque Nacional, un rato antes, los había alcanzado en el liderazgo de la Anual. Fue trabajado y difícil el partido jugado anoche en el Franzini, pero Defensor lo logró una vez más.
El equipo de Eduardo Acevedo arrancó abajo en el marcador pero, fiel a su estilo, dio vuelta un partido muy complicado. A los 32 minutos Wanderers se puso 1-0 con un gol del pelado Damián Macaluso, que adentro del área ensayó una muy bonita tijera casi que cayéndose. El gol visitante generó algunas dudas que empezaron a rondar el Parque Rodó. Defensor no tenía a Gonzalo Carneiro, una de sus figuras, y por lo tanto tenía que laburar mucho para encontrar un gol, que llegó como han llegado los goles importantes durante esta temporada: con mucho corazón y ganas. Una pelota bárbara en profundidad de Mathías Cardacio terminó en los pies de Matías Cabrera, que pateó de puntín pero no muy bien para que el arquero Martín Rodríguez diera rebote y aparecieran los zagueros Nicolás Correa y Santiago Carrera. Este último fue quien la terminó empujando. Carrera metió el pie y la pelota fue adentro, era 1-1 y se terminaba el primer tiempo. Pero habría más novedades; sobre el final de esa primera etapa, el volante wanderista Adrián Colombino le dejó la planchita a Cardacio y vio la segunda tarjeta amarilla, y se fue a las duchas un rato antes del pitazo del árbitro Jonathan Fuentes. De estar 1-0 arriba y con 11 jugadores, a quedarse con diez e irse al descanso con el empate. Todo eso le pasó a Wanderers en dos minutos.
Apronten papelitos
Este año Defensor ha sabido dar vuelta cuestiones difíciles, y ayer no fue la excepción. En los primeros minutos del segundo tiempo, el volante Martín Rabuñal recibió una tarjeta amarilla que lo dejará sin el partido del domingo con Nacional en el Parque Central. Eduardo Acevedo, que ha tomado muchísimas buenas decisiones, mandó a la cancha a Carlos Benavídez, que venía sin fútbol desde octubre, y, seguramente pensando en que podrá jugar el domingo, puso al juvenil de la selección uruguaya. Y como para confirmar que lo que hizo Acevedo estuvo bien, Benavídez, a 11 minutos de entrar en la cancha, la mandó a guardar. Cosa e’ mandinga. Carlitos apareció como si fuera un número nueve y definió notable de zurda al medio del arco. Wanderers hizo lo que pudo por empatar con diez jugadores, pero no le dio, mientras que los locales, en ventaja, numérica y en el marcador, manejaron el juego hasta consolidar una nueva victoria.
Es enorme el campeonato de Defensor, una temporada genial. Con el triunfo de ayer volvió a ser líder de la Tabla Anual, hecho fundamental para la definición del Uruguayo. Además, como si fuera poco, en el Clausura quedó a sólo cuatro puntos de Peñarol, que tiene que jugar en el Cerro el sábado. La viola está ahí, a tiro, y peleará hasta el final. Ayrton Cougo y Matías Cabrera volvieron a hacer un buen partido anoche, y la línea de fondo, sin su capitán Andrés Lamas, sacó el partido adelante sin problemas. Wanderers, a pesar de la derrota, mantiene el lugar de clasificación a Sudamericana –y está a sólo un punto de Cerro para ir a la Libertadores– porque perdieron sus rivales que lo acompañan con 49 puntos: Boston River y Rampla Juniors.