Esta noche a las 20.45 (hora uruguaya), Grêmio de Brasil y Lanús de Argentina jugarán en el Arena Grêmio de Porto Alegre la primera final de la Copa Libertadores de América. Si bien la cantidad exacta de entradas que se pusieron a la venta no fue divulgada por la dirigencia del equipo tricolor gaúcho, se estima que más de 55.000 personas estarán presentes en el encuentro, entre ellos cerca de 4.000 hinchas del equipo granante bonaerense, que llegaron a Brasil con la ilusión de ganar por primera vez la Libertadores.
Lanús fue campeón de la extinta Copa Conmebol en 1996 y, más recientemente, ganó la Copa Sudamericana en 2013, pero nunca llegó a esta instancia en el torneo más importante del continente. En el juego de hoy, como es habitual en el conjunto argentino, será titular el uruguayo Alejandro Silva, que jugará como puntero derecho en la delantera que integra junto con dos de las figuras del club, el goleador José Sand y el picante puntero Lautaro Acosta. Los granates están desde hace varios días en Porto Alegre, donde encaran la preparación para el partido de esta noche, y han entrenado en el estadio Beira-Rio, escenario de Inter, sempiterno rival de Grêmio.
La previa del partido de esta noche, tal como era previsible, estuvo marcada por una tremenda expectativa de los hinchas, pero además tuvo dos hechos inusuales. El lunes, representantes de la Confederación Sudamericana de Fútbol se presentaron en los lugares de concentración de ambos equipos para hacer controles antidoping sorpresivos, una práctica poco habitual. Por otra parte, gente de Lanús denunció la presencia en el lugar de entrenamiento de un dron, desde el que supuestamente se los estaba espiando, pero Grêmio negó de plano esa versión.
Los tricolores gaúchos, que arrancan como favoritos en esta serie final, van por su tercer título de Copa Libertadores, luego de los obtenidos en 1983 y 1995. El actual director técnico del club, el ex delantero Renato Portaluppi, fue uno de los protagonistas de la histórica campaña en la Copa Libertadores de 1983, en la que el equipo era capitaneado por el riverense Hugo de León. El entrenador brasileño ha teñido de misterio la antesala del gran partido de esta noche, ya que no confirmó la oncena que comenzará jugando.
El encuentro será arbitrado por una terna chilena encabezada por Julio Bascuñán, y al igual que sucedió en las semifinales del torneo en la final de hoy y en la del miércoles que viene, se utilizará el sistema de videoarbitraje.
El ganador de la Libertadores, además de bañarse de gloria, se clasificará para jugar el Mundial de Clubes, que se disputará entre el 6 y el 16 de diciembre en Emiratos Árabes Unidos.
Por ahora, los equipos que tienen lugar asegurado en el torneo mundial son Real Madrid, Pachuca de México, Wydad Casablanca de Marruecos, los locales de Al-Jazira y Auckland City de Nueva Zelanda.