El concierto de la banda libanesa Mashrou’ Leila, el 22 de setiembre, fue el punto de partida para un incremento de la política represiva contra los homosexuales en Egipto, que ahora se intenta reforzar con una nueva ley. Ese concierto generó rechazo en los sectores más conservadores del país, en parte por las letras de las canciones de la banda, cuyas actuaciones ya fueron prohibidas en Jordania, pero sobre todo porque alguien entre el público llevó la bandera del arcoíris. La imagen de ese símbolo de la diversidad sexual, reproducida en redes sociales y en la prensa, motivó una persecución encabezada por las autoridades para encontrar a su dueño. A partir de entonces, hubo decenas de arrestos.

Si bien hasta ahora no está penalizada la homosexualidad en Egipto, las autoridades encontraron el camino para aplicar condenas. Los más de 70 arrestados fueron acusados de “libertinaje” o “prostitución”, delitos que se castigan con penas de hasta tres años de cárcel. Ahora, el país gobernado por el ex jefe del ejército Abdelfatah al Sisi se encamina a aprobar una ley que directamente penaliza la homosexualidad.

El proyecto, informó la agencia de noticias Efe, fue presentado por el legislador Riad Abdelsatar –cuyo partido se llama Egipcios Libres–. El dirigente manifestó que impulsa esta propuesta para “preservar la moral y los principios de la sociedad egipcia”, y para frenar “la difusión del vicio y la obscenidad”.

Abdelsatar dijo a esa agencia que su iniciativa cuenta con el respaldo de 450 de los 596 diputados. Si resulta aprobada, se castigará con hasta tres años de cárcel a aquellas personas que mantengan una relación sexual “invertida” con alguien del mismo sexo, y con hasta cinco años si reinciden. También incluye penas de cárcel para quienes anuncien “encuentros de homosexuales” por cualquier medio de comunicación y a quienes participen en esa reunión. Además, habilita al Estado a difundir en medios de comunicación los datos de quienes sean condenados por esos delitos.

Varias organizaciones egipcias e internacionales han criticado la persecución que lleva adelante el gobierno egipcio desde setiembre, y en particular esta iniciativa parlamentaria. La Alianza de Organizaciones de Homosexuales de Egipto calificó el proyecto de Abdelsatar de la “peor” de las leyes que criminalizan la orientación sexual en el mundo. Por su parte, Amnistía Internacional manifestó que es una propuesta de ley “sumamente discriminatoria que penalizará de manera expresa las relaciones homosexuales por primera vez en el país”. Ni siquiera durante los 30 años que gobernó Hosni Mubarak hubo una ley similar.

En un comunicado, Amnistía Internacional agregó que “se trata de la última medida que se adopta en el contexto de una campaña de represión sin precedentes emprendida por las autoridades contra las personas LGBTI tras la exhibición de una bandera de arcoíris durante un concierto”.

“Las autoridades egipcias llevan ya más de un mes ejerciendo una represión atroz contra las personas LGBTI en el país. Se ha detenido a más de 70 personas, y algunas han sido sometidas a exámenes anales, lo que constituye tortura. Este proyecto de ley totalmente discriminatorio representa un retroceso enorme para los derechos humanos, que viene a rematar ya los derechos sexuales en Egipto”, dijo Najia Bounaim, directora de Amnistía Internacional para el norte de África.

De acuerdo con esa organización, el proyecto prevé hasta 15 años de prisión “si la persona es declarada culpable de múltiples cargos en virtud de distintas disposiciones de la ley”. Además, quienes sean declarados culpables podrán ser condenados a seguir, una vez que cumplan la pena de prisión, en un régimen de libertad vigilada por un período similar. Y según comprobó Amnistía Internacional, “las personas sometidas a libertad vigilada en Egipto suelen ser obligadas a permanecer durante 12 horas al día en una comisaría local de policía, lo que en la práctica supone privarlas de libertad”.

Antes de esta iniciativa legal, las autoridades que regulan los medios de comunicación en Egipto habían dispuesto, según informó el diario español Público, que estos no hicieran “propaganda” de la homosexualidad, que debe ser “curada y acabada”.