El gobernante Movimiento al Socialismo de Bolivia continúa con los planes de que el presidente Evo Morales se postule a la reelección en 2019, y organizó una movilización masiva en la que, de acuerdo con el mandatario, participaron casi 100.000 personas, el martes. A esta marcha no se sumó la Central Obrera Boliviana (COB), cada vez más distante del gobierno, argumentando que el oficialismo no respeta la Constitución ni el resultado del referéndum de 2016.

El presidente boliviano no puede presentarse nuevamente a los comicios de 2019 porque la Constitución que él mismo promulgó en 2009 no permite una tercera reelección. Sin embargo, el oficialismo intenta demostrar el apoyo que tiene el presidente para buscar alternativas que permitan que se postule una vez más. Según una encuesta realizada en centros urbanos por la empresa Captura Consulting, Morales lidera los sondeos con una intención de voto de 37%, seguido por el ex presidente Carlos Mesa, que cuenta con un respaldo de 20%.

La movilización del miércoles contó con la presencia de jerarcas, como los ministros de Presidencia, René Martínez, y de Culturas, Wilma Alanoca, pero también con dirigentes sindicales y productores vinculados a la producción de coca, para quienes Morales sigue siendo el principal líder. El dirigente de la Federación de Juntas Vecinales Jesús Vera, una de las figuras centrales de la convocatoria, dijo: “Presidente Evo, el pueblo está con usted, y mientras el pueblo esté apoyando su gestión, usted va a seguir siendo presidente de todos los bolivianos”.

Vera reiteró un argumento que suele utilizar el oficialismo para defender la permanencia de Morales y dijo que “el presidente tiene que cumplir con la Agenda 2025”, un programa gubernamental de largo plazo con el que se busca refundar Bolivia, y cuya fecha de conclusión coincide con el bicentenario de la independencia.

La posibilidad de que Morales sea reelecto ya fue planteada en un referéndum que se celebró en febrero de 2016, en el que ganó la postura contraria a la reelección, con 51,3% de los votos. Pero el oficialismo argumenta que ese resultado se debió a una campaña fraudulenta de la oposición. En los meses previos a la votación, una ex pareja de Morales dijo públicamente que había tenido años atrás un hijo con él cuya existencia se desconocía. Después del referéndum, en una causa judicial, se concluyó que el niño nunca existió.

Ya en 2014 Morales enfrentó un obstáculo para postularse a la reelección porque acumulaba dos elecciones ganadas: 2005 y 2009. En ese entonces, un fallo judicial del Tribunal Constitucional consideró que sólo se contaban las reelecciones consecutivas posteriores a la reforma de la Constitución de 2009. También el camino judicial es el que ha elegido el oficialismo ahora: el Movimiento al Socialismo presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional, en el que solicita que declare inaplicables algunos artículos de la Constitución y de la Ley Electoral argumentando que debe respetarse el derecho de Morales a ser elegido y el de sus seguidores a elegirlo. Se espera que el fallo judicial se emita en diciembre.

El oficialismo tiene una mayoría de dos tercios en la Asamblea Legislativa Plurinacional y ya ha anunciado que no tendrá reparos en utilizarla para garantizar la participación de Morales en las próximas elecciones. Si el fallo judicial es adverso, se buscará “un nuevo referéndum, una reinterpretación constitucional o la renuncia anticipada [de Morales], pero también está la posibilidad de una nueva Asamblea Constituyente”, dijo ayer el vicepresidente, Álvaro García Linera.

Ayer el presidente valoró la movilización en un acto oficial en el interior del país. Morales agradeció los intentos impulsados por el oficialismo para que pueda presentarse a la reelección, y dijo que en la marcha del martes participaron “cerca de 100.000” personas. “Eso es el poder del pueblo”, afirmó.

Esta lucha del oficialismo para mantener a Morales en el gobierno ha hecho que algunos sectores se alejaran, al considerar que no respeta la Constitución ni la decisión que los bolivianos adoptaron en el referéndum de 2016. Este es el caso de uno de los principales apoyos que han tenido los gobiernos de Morales, el de la COB, que optó por no participar en la movilización. El líder de la COB, Guido Mitma, dijo a la agencia de noticias Efe que esa organización sindical “está exigiendo respeto a la Constitución y al voto ciudadano” y que “la repostulación de Evo Morales es una traición a los bolivianos”, por lo que no se sumará a las movilizaciones que pidan que se lo habilite a una nueva reelección. Mitma no explicó por qué la COB adoptó esta decisión después de haber participado en este tipo de instancias anteriormente.

La COB y el gobierno se han distanciado en los últimos años, en particular desde que en enero de 2016 Mitma fue elegido presidente de la central. El dirigente ha dicho que en el gobierno hay corrupción –sin aportar pruebas ni dirigirse a la Justicia–, y el gobierno asegura que no es un líder representativo. De hecho, la decisión adoptada por la COB no impidió que participaran en la movilización del martes algunas Centrales Obreras Departamentales, como la de La Paz.