Con miras a 2019, una cosa está clara: la población continúa perdiendo conexión con el político tradicional. Ya no lo acompaña en sus presentaciones públicas, ya no lo aclama ni aplaude sus disertaciones por mucho que el político se empeñe en lograr tal reconocimiento. Al menos, eso es lo que indican las últimas encuestas rumbo a las elecciones primarias:

Sobre la confianza en los políticos tradicionales:

Del total de los encuestados, 50% señaló que ya no confía en sus representantes, y el otro 50%, que jamás confió. Al ser consultados sobre las razones de ese escepticismo, 50% señaló “porque son todos unos ladrones”, y el 50% restante “no sabe, no contesta” (pero se mantuvo mirándonos con desconfianza hasta que le indicamos que no pertenecíamos a ningún partido).

Sobre la imagen de los líderes políticos:

Al mostrársele al encuestado diferentes fotografías de personalidades, paisajes y otras imágenes retocadas, la gran mayoría prefirió ver fotos de desastres naturales o de escenas escalofriantes del cine de terror. Los restantes no conocían a ninguno de los políticos que les mostramos, pero igualmente confesaron sentir un gran rechazo por esas imágenes y algunos hasta debieron ser asistidos.

Esta sensación de inseguridad y desesperanza en nuestros administradores públicos parecía irreparable, hasta que algunos integrantes del sistema político comenzaron a investigar nuevas formas de llegarle al público.

¡Recibamos con un fuerte aplauso...!

“Con el viejo lenguaje político ya no conectábamos con la gente. Hay que manejar herramientas que logren un acercamiento más emocional con la población, la gente lo está reclamando y la política no debe tener miedo a usar estos códigos que atraen al público y ¡lo hacen vibrar!”, manifestó uno de los políticos que se inscribió a un curso de stand-up comedy.

“Desde que empezamos el curso estoy trabajando mucho mejor el acting, tengo más claro los timings de hoy en día, sé manejar los gags, los bits y los_ callbacks. Ya no basta con ser _oneliner ni compartir flyers que no convocan”. Luego, el esperanzado político señaló: “Esto está enganchando mucho a la gente, sentimos que el público nos recibe distinto y estamos seguros que eso, en 2019, se va a transformar en votos”.

¡La democracia debe continuar!

El jueves se realizó una conferencia de prensa en uno de los boliches de comedia más concurridos de la noche montevideana. A las 23.00 llegamos al lugar, consumimos unas fritas con champi y unas cervezas artesanales de jóvenes emprendedores nacionales. 30 minutos más tarde salió el maestro de ceremonias al escenario, y, con mucho histrionismo y vitalidad, abrió la conferencia.

–¡Holaholaholahola, aaa! ¡¿Cómo están todos, periodistas de diferentes medios?! ¿Bien? ¡Bueno che, qué cara de culo, chicos! A ver, pelado, vos –dijo, señalando a un fotógrafo que estuvo a un chiste de lanzarle el teleobjetivo en la frente–, reíte un poco, no seas pelotudo.

Luego se dirigió a dos periodistas que se encontraban sentados en primera fila:

–¿Cómo estamos por acá? Ustedes, los del grabador en la mano. ¿Son parejita o se engancharon acá?

–No, somos periodistas de distintos medios; ella es de El País y yo de La República.

–Opaaaaaa, pero hay onda ahí, ¿eh? Se ve que por más que titulen distinto, el cuerpo de texto lo arman juntos ¿eh?, ja ja ja. (Algunas pocas risas desde atrás de la barra y un aplauso que se debilitaba enseguida acompañaban los intentos de chiste).

–Y ahora sí –anunció, mientras se elevaba la música de big band–, vamos a presentar a la primera candidata de la noche. Recibámosla con un gran aplauso. ¡Uooooooouuuuuhhh!

Sube una mujer, muy producida pero informal, y a los gritos en el micrófono saluda:

–¡¡Buenas nocheeees!! ¿Cómo estamos? ¡Qué hermosa conferencia!, hay cada reportero más lindo, que me vienen unas ganas de ayudarlo a desgrabar... Ese, por ejemplo, el de camisa espantosa –señalando a un reportero que se encontraba parado cerca de la puerta–, si me prometés que quemás esa camisa ¿sabés cómo te llevo pa’ casa y te hago el reporte? ¡Ja ja ja!

En estos términos se desarrolló el show-conferencia que finalizó a la 1.00, con mucho sudor en las camisetas, un buen número de botellitas de cerveza regando las mesas y varios periodistas interesados en anotarse al curso.

En cuanto a la propuesta programática del Partido del Público (que es como lo han dado en llamar), lo único que quedó claro es que “la idea es hacer un open mic y el programa se va a definir en base a las propuestas más aplaudidas. Que esa es la verdadera democracia, ¿verdad?”

Y con un “Buenas noches, muchas gracias, han sido unos periodistas maravillosos” nos despidieron dejándonos un volante que decía: “Contratá el mejor humor para tu medio. O seguinos en redes y, si la pasaste bien, ponele me gusta a nuestro programa”.