El juez Julián Ercolini procesó al asesor informático Diego Lagomarsino como “partícipe necesario” en la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman, en enero de 2015. Dispuso que continúe con tobillera electrónica, que no se aleje por más de 24 horas de su casa y le prohibió la salida del país. Además, Ercolini dispuso un embargo sobre los bienes de Lagomarsino por más de 800.000 dólares.

En su fallo, el juez toma como prueba el último informe técnico, elaborado por la Gendarmería, que concluye que Nisman fue asesinado y contradice así un estudio anterior, a cargo de peritos judiciales, según el cual el fiscal se suicidó.

Lagomarsino ha dicho que le prestó su arma a Nisman, para quien trabajaba, porque él se la pidió para garantizar la seguridad de sus hijas. Por su parte, Ercolini considera que Lagomarsino “le habría aportado el arma en cuestión a quienes ejecutaron de mano propia la muerte de Nisman”. De esta forma, “efectuó un aporte esencial para que la acción de matar propiamente dicha pudiera llevarse a cabo”, manifestó el juez. Consideró, además, que el hecho de que el arma fuera de alguien conocido del fiscal ayudó “a la consolidación de la versión del suicidio”, porque evitó, desde el comienzo, que se investigara la posibilidad de un homicidio.

Para el juez, “debe descartarse por inverosímil la versión de que el arma por la que finalizó muerto Nisman fue pedida a Lagomarsino y prestada por este”, por lo cual “tampoco es creíble” que haya acudido a su apartamento dos veces el día de la muerte del fiscal para prestársela. A su entender, los motivos del empleado de Nisman para ir a su casa tendrían que haber sido otros.

Además, Ercolini considera que Lagomarsino estaba en una “situación de privilegio” porque tenía acceso directo a Nisman y a su apartamento. De esas visitas el informático obtuvo “información privilegiada” que luego habría aportado “en forma voluntaria” junto al arma de fuego para que el homicidio se concretara, concluyó.

Ercolini dispuso el procesamiento de Lagomarsino por “participación necesaria” en un “homicidio simple”. También procesó por incumplimiento de deberes de funcionario público y coautores penalmente responsables a cuatro custodios de Nisman: Néstor Oscar Durán, Rubén Fabián Benítez, Luis Ismael Miño y Armando Niz. El juez señala que los custodios estuvieron durante casi dos días sin comunicarse con el fiscal, sin preocuparse por saber si le había pasado algo, y que abandonaron sus puestos de vigilancia, afuera del edificio en el que residía, durante la noche en la que murió.