En el Parque Alfredo Víctor Viera, con una tarde muy calurosa y muchísima gente en las tribunas, el equipo carbonero dirigido por Leonardo Ramos derrotó con buen juego y contundencia a los bohemios de Jorge Giordano. El resultado fue justo y la diferencia podría haber sido incluso de un par de goles más. Las cuatro anotaciones fueron marcadas por Gastón Rodríguez, Junior Arias, Cristian Rodríguez y Lucas Cavallini. ¿La conclusión? Marcaron goles los tres delanteros -un enganche y dos atacantes-, y el Cebolla de Juan Lacaze volvió a golear con la camiseta de Peñarol luego de 12 años.

Este triunfo da tranquilidad a los mirasoles, de cara a esta semana larga y atípica -el próximo fin de semana debería jugarse el clásico, pero se cambió para el 5 de abril- en la que el destino estará puesto en el viaje a Cochabamba de la semana que viene para enfrentar a Jorge Wilstermann por la Copa Libertadores de América, el martes 7 de marzo. Además, la victoria refuerza el pensamiento de que un equipo no está en crisis por haber empatado dos partidos consecutivos.

Dos equipos

Tal vez la victoria, o más bien la abultada diferencia, haya sido sorpresiva. Es que el Viera, y más específicamente Wanderers, ha sido una piedra en el zapato de Peñarol en los últimos años. Por eso, el 4-0 puede sorprender si usted, señora, señor, no vio el partido. Pero para el que asistió a la tarde futbolera, sea por televisión o de manera presencial en la cancha, el triunfo fue de una contundencia tal que por momentos hasta puede parecer rara si tomamos en cuenta que el locatario es un gran equipo y que su cuerpo técnico tiene una trayectoria de trabajo seria y responsable.

Jorge Giordano ha tenido varios resultados desfavorables como el del sábado, pero las veces que le ha ido bien son la mayoría, por lo que sería bueno que pudiera seguir trabajando en el club bohemio. El sábado no se encontró en la cancha, pero, así y todo, tuvo dos jugadas que podrían haber cambiado el rumbo del partido, o por lo menos mellar la tranquilidad de la que disfrutaba Peñarol dentro del campo de juego. Una fue un remate de Nacho González que sacó muy bien Gastón Guruceaga al córner; la otra, una buena combinación en ataque que el golero artiguense tapó casi cuando se metía la pelota en el arco. Genial. Por eso, no hay que alarmarse: Wanderers tiene con qué pelear este Torneo Apertura.

Los goles de Peñarol fueron de buena factura técnica, sobre todo los que abrieron el partido. Los primeros dos llegaron de contragolpe, y entre Rodríguez y Arias se las arreglaron para poner el 2-0 cuando todavía no iban diez minutos. El cuarto fue del canadiense Cavallini ya en el segundo tiempo, pero el gol que vale el partido entero es el tercero, el del Cebolla, que llegó a los 36 minutos del primer tiempo. La jugada que antecedió a la definición del lacazino fueron 50 segundos de toques entre sus compañeros tras un quite en el fondo de Ramón Arias. Fue un golazo; véanlo. Seguramente el 7 lo recordará y se verá en la pantalla con sus lágrimas de emoción.