Además de a los colonienses, el equipo de Gustavo Ferrín le ganó a un calor paralizante. Durante casi todo el primer tiempo el partido se jugó nada más que hasta las áreas mientras el sol caía a pleno sobre el Parque Capurro. Pero la mayor riqueza ofensiva de los dueños de casa rompió la paridad a los 40 minutos, tras una linda combinación de Diego Ferreira y el anotador Ángelo Gabrielli. Cuatro minutos después, cayó el segundo gol y la visita quedó con diez jugadores. La canilla se abrió, y el complemento dejó en evidencia algunas lindas características albivioletas. Sobre todo, una tendencia a la verticalidad apoyada en la búsqueda rápida de una terna de delanteros en la que se destacan repetidamente Kevin Gissi y Fabián Estoyanoff, el goleador del Torneo Apertura.

Los dos atacantes totalizan nueve tantos. El Lolo hizo seis y duplica la cantidad de anotaciones de sus más cercanos perseguidores, entre los que está Gissi. Ayer, los dos se combinaron en la jugada que desencadenó el segundo gol. El suizo-argentino, de gran capacidad para jugar de espaldas y de frente al arco, recibió la pelota de su compadre y fue derribado. El árbitro sancionó penal y Estoyanoff hizo el primero de los dos tantos que convertiría. Por si no alcanzara con los goles, el contraste aumentó con la expulsión del lateral izquierdo Baltasar Silva.

La misión coloniense se presumía de imposible concreción en un partido al que todavía le quedaba un tiempo entero. El director técnico Leonel Rocco debía tratar de frenar la debacle sin perder aspiraciones ofensivas. Sacrificó a un volante para poner a Alejandro Furia en el lateral derecho y mandó a Ezequías Redín al izquierdo, manteniendo los dos delanteros. Pero cuando sólo iban tres minutos del segundo período, un golazo de chilena de Gissi mandó a la papelera al último plan coloniense. Decir que al partido le sobraron 42 minutos sería desmerecer el mejor momento futbolístico de la tarde. Porque, con los espacios regalados por un rival de guardia baja, Fénix se divirtió para forzar varias situaciones de riesgo. Entre ellas, se cuenta la jugada que terminó con el cuarto tanto. Un remate fuerte y cruzado con el que el Lolo coronó una gran carrera por la derecha.

Mientras una delgada capa de nubes hacía más llevadera la tarde, Fénix apretaba el acelerador como con ganas de aprovechar cada minuto pendiente. A tal punto, que Ferrín sacó a un volante de marca para colocar a uno creativo. Puso a Agustín Canobbio por Raúl Ferro y dejó el original 4-3-3 para pasar a jugar con un 4-2-1-3. Las características de la jugada del gol de Plaza evidencian el adelantamiento locatario: los patas blancas descontaron con un contragolpe que culminó con el toque a la red del ingresado Camilo Núñez. Su aporte fue una de las pocas cosas rescatables para el mismo Plaza que, hace apenas nueve meses, tocaba el cielo mientras celebraba su histórica consagración en el Clausura 2015-2016. Pero eso pasó, y ahora urge salir de la última colocación en la tabla del descenso. Para el consuelo coloniense queda el hecho de que la temporada recién empezó y será particularmente larga. También, la memoria de los viejos buenos tiempos, aún presente en un plantel, que ayer se reencontró con Facundo Waller, que puso ganas y remates de distancia para intentar cambiar algo.

Pero Fénix no estaba para concesiones ni, mucho menos, para disputarle a la visita la vieja consigna de no bajar.