“En nombre del presidente [Donald] Trump expreso el fuerte compromiso de Estados Unidos con una cooperación y asociación continuas con la UE”, dijo ayer Pence después de reunirse con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en Bruselas. “Sean cuales sean las diferencias entre nuestros dos continentes, compartimos la misma herencia, los mismos valores, y por encima de todo, el mismo propósito de promover la paz y la prosperidad por medio de la libertad, la democracia y el Estado de derecho”, agregó. También llamó a “ser fuertes y estar unidos para confrontar las amenazas a la seguridad y estabilidad de Europa”, haciendo hincapié especial en el terrorismo yihadista.

Las palabras de Pence sirvieron para hacer las paces entre las dos partes un mes después de que Trump alarmara a los líderes de la UE al apoyar la decisión de Reino Unido de abandonar el bloque, sugiriendo que otros países podrían seguir su camino. “Esta es una reunión que necesitábamos todos”, dijo Tusk. Aseguró que el vicepresidente estadounidense le dio respuestas afirmativas al preguntarle si Trump apoyaría al actual sistema de derecho internacional, la OTAN y “la idea de una Europa unida”.

Pence también se reunió con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien dijo que no era “el momento” para dividir a Estados Unidos y la UE, argumentando que “la estabilidad global depende fuertemente” de sus “buenas relaciones”.

Más tarde, después de reunirse con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, Pence puso como plazo hasta fines de 2017 para que Canadá y los aliados europeos hagan “progresos reales” en su inversión en defensa. “El presidente y el pueblo estadounidense esperan que nuestros aliados mantengan su promesa y hagan más por nuestra defensa común”, dijo. Hacía referencia al compromiso que adoptaron los socios en la cumbre de la OTAN de Gales en 2014 de elevar su gasto en defensa a 2% del Producto Interno Bruto en una década. “Muchos aliados, algunos de los más grandes, todavía no llegan a cumplir esa meta mínima”, reprochó Pence antes de advertir: “Si ya tienen un plan acelérenlo, y si aún no lo tienen, procúrense uno”. En su opinión, Estados Unidos realizó “continuas inversiones en la seguridad europea” -cubre 70% de los costos de la OTAN- y los países europeos “se quedaron atrás”.

Por otro lado, Pence instó a la OTAN a intensificar sus esfuerzos para “cortar la financiación del terrorismo”, y aseguró que Estados Unidos seguirá pidiendo a Rusia que rinda cuentas por el conflicto en el este de Ucrania, más allá del acercamiento que Trump espera tener con ese país.

Pence comenzó la gira el viernes, cuando viajó a Alemania para participar en la Conferencia de Seguridad de Múnich, uno de los foros de política exterior más importantes del mundo. En el marco de esa conferencia, se reunió con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko. Luego de la reunión con Merkel -el primer contacto directo entre ambos países después de la llegada de Trump a la Casa Blanca-, la oficina de la vicepresidencia de Estados Unidos aseguró en un comunicado que los dos líderes “reafirmaron la duradera alianza entre Estados Unidos y Alemania y se comprometieron a mantener su estrecha cooperación en un amplio abanico de retos globales”. También hablaron sobre la estrategia para derrotar al grupo yihadista Estado Islámico en Irak y Siria.

En su encuentro con Poroshenko, Pence le transmitió que su gobierno no reconoce la “ocupación e intento de anexión” de Crimea por parte de Rusia.