Ayer, la primera vez que Nacional no ganó en este campeonato -que fue también la primera en la que los tricolores no anotaron casi casi llegando a la mitad del torneo- no fue por una defección manifiesta de la oncena tricolor, sino por la denodada oposición defensiva que le puso River, y seguramente también por algunas de las variantes que eligió o debió hacer Martín Lasarte para conformar su oncena.

Sebastián Fernández estuvo cerca en la primera parte, pero Nicola Pérez no dio concesiones en el arco. Tabaré Viudez vitalizó el espíritu desequilibrante en la segunda, pero ni aun así llegó el gol.

El punto tal vez no les dejó ver a críticos y deportistas que aún con un partido menos jugado -el clásico con Peñarol, que será el miércoles que viene a las 20.30-, Nacional quedó liderando en exclusividad el torneo.

Cerrado por reformas

Qué linda la primera de Nacional con la combinación Sergio Otálvaro-Brian Lozano, el centro y el taquito de Seba Fernández que de asco no entró y se fue al córner. Tuvo el plus en el tiro de esquina, y algo, el viento, un fantasma, o una acción dinámica de las leyes de la física, le corrieron de la cabeza la pelota a Fernández cuando iba a convertir.

De a poco Nacional se fue adueñando del trámite de juego, sin mucha intensidad , pero con un buen desarrollo del 4-2-3-1, fundamentalmente con el 3- 1: Lozano-Sebastián Rodríguez-Rodrigo Aguirre, los tres de derecha a izquierda, y Sebastián Fernández como habitante del área real.

Volvió a avisar Seba Fernández, por dos, a los 20 minutos. En la primera acción tuvo como respuesta una gran intervención del arachán Nicola Pérez, que la sacó, y la segunda se fue desviada en una pirueta que pareció salida de “Buba”, un cuento de Putas asesinas, del gran poeta y novelista chileno Roberto Bolaño.

En la media hora, bien en la media hora, el equipo de Lasarte sumó toques y progresiones como para canjear por gol, pero en cualquiera de las múltiples definiciones la pelota fue rechazada y, del córner que vino de esa promoción de oportunidades, Seba Fernández volvió a conectar la globa para otro atajadón de Nicola Pérez.

Hubo cinco minutos en que el destaque de Agustín Gutiérrez, media punta por la izquierda de River, puso peligro en el área de Esteban Conde, pero no pudo, como tampoco pudo Rodrigo Aguirre cuando, de contragolpe, los tricolores quedaron de cara al gol tras una precisa habilitación de Diego Polenta, que se había mandado arriba por la izquierda.

En toda esta sucesión de acontecimientos narrados de los primeros 45 minutos de ayer en el Parque Alfredo Víctor Viera -donde Nacional ha elegido establecer su localía mientras tenga suspendido el Parque Central- no aparece, más que para una descripción táctica Sebastián Rodríguez, que, sin embargo, fue el determinante en la forma de juego expresada en el campo por Nacional, con capacidad para neutralizar cualquier intento de los pocos que tuvo River de creación de fútbol, y mucha inteligencia, eficiencia, y hasta elegancia a la hora de generar, pergeñar y hasta finalizar ataques del equipo tricolor, que, a pesar de su expresa superioridad, debió marchar a los vestuarios del Viera sin poder anotar.

#PenalParaNacional

La segunda parte empezó con cinco minutos de intensidad y concentración ofensiva de Nacional, que de una banda para la otra, intentó generar el gol tranquilizador. No apareció la conquista, pero prosiguió el paciente dominio de los de blanco, que ahora, ya sin arrimarse al área chica, buscaban con cuidado los lugares por donde quebrar la defensa riverplatense.

Ya pasado el cuarto de hora de la etapa final, Martín Lasarte eligió dos variantes, al igual que Pablo Tiscornia, el técnico riverplatense, que mandó a la cancha a Matías Jones por Alexander Rosso y a Maxi Arias por Fabricio Fernández. En Nacional los que entraron en el juego fueron el más experiente Martín Ligüera y el debutante Diego Coelho, hijo de Walter Fabián. Martín y el padre de Diego debutaron hace 20 años en la misma temporada en Nacional.

Promediando el segundo tiempo, los técnicos agotaron sus variantes: en Nacional Tabaré Viudez sustituyó a Sebastián Fernández y Mauro da Luz entró por Agustín Gutiérrez.

El tricolor siguió cargando en ofensiva, buscando el gol que, sin embargo, a los 30 casi fue para River, después de un gran desborde de Da Luz que no pudo definir con acierto Mathías Saavedra.

Juntando a los creativos Ligüera, Viudez, Lozano -este último acalambrado-, Nacional siguió buscando ese gol que no aparecía, y que a nada de encontrarlo estuvo Coelho cuando en el área chica cabeceó afuera, luego de un centro de Lozano. Un minuto después, una jugada de gol de los bolsos tuvo un clarísimo penal contra Coelho, una pelota que dio en el caño, un rebote que mandó la pelota sobre la línea y un despeje in extremis, que desenrolló el cartel de “si no entró esta no entra ninguna”.

Y no entró ninguna, nomás, pero al fin y al cabo, con ese puntito Nacional quedó como líder absoluto del Apertura.