Sentada junto al secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, lo acusó de haber llevado adelante “graves acciones injerencistas” contra su país, que vinculó también a “una facción minoritaria de países” de la región. Poco antes, la Justicia venezolana había instado al gobierno a pedir la remoción del titular de la OEA.

“No me equivoco cuando afirmo que el señor Almagro es un mentiroso, deshonesto, malhechor y mercenario”, que “ha dedicado su gestión a agredir obsesivamente a Venezuela y su pueblo”, dijo Rodríguez, a pocos centímetros de distancia del secretario general de la OEA, en una reunión extraordinaria del Consejo Permanente de ese organismo. El encuentro fue pedido por Venezuela, adelantándose a una reunión similar prevista para hoy para tratar “la situación” en ese país.

Rodríguez dijo que estaba allí para “aclarar y denunciar las graves acciones injerencistas que en esta organización vienen acometiendo tanto su secretario general como una facción minoritaria de algunos países de nuestra región”. Se refería a los 14 países -entre ellos Uruguay- que firmaron lo que calificó de un “ignominioso comunicado de tenor altamente injerencista”, en el que se pide la liberación de políticos opositores presos y un calendario electoral.

Para Venezuela, la convocatoria a la reunión de hoy viola reglas de la OEA porque no cuenta con la aprobación del país que es objeto del encuentro. Además, la considera parte de una campaña promovida por Estados Unidos, que lleva a cabo Almagro, con el “contubernio” de algunos países, para “acabar con la revolución bolivariana”, derrocar al presidente Nicolás Maduro e “implantar un modelo acorde con la estrategia neoliberal que hoy priva en la región”. A su entender, esa campaña consiste en “crear el ambiente de que algo grave ocurre en Venezuela” y justificar “la intervención”. La canciller agregó que “Almagro no actúa solo ni por sí mismo, es el conducto de los mandatos que desde esta ciudad [Washington] le dictan”, y advirtió que si continúa actuando de esa forma, Venezuela adoptará “severas y definitorias acciones”, que no especificó.

Horas, antes, el presidente del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, Maikel Moreno, leyó una declaración en la que instó al gobierno a pedir que Almagro sea apartado del cargo y lo acusó de “perpretar agresiones contra el pueblo” y la Constitución de su país. En su lectura, según citó la agencia de noticias Efe, Moreno se refirió a un informe presentado por Almagro el lunes 13, muy crítico hacia Venezuela, y dijo que se trata de “un escrito con expresiones cargadas de subjetividad y de emocionalidad, impropias del lenguaje jurídico y diplomático”, que “desvela complicidad con los factores desestabilizadores de la democracia en el continente”. Por su parte, Diosdado Cabello, el número dos de Maduro en el Partido Socialista Unido de Venezuela, dijo ayer que a su país le harían un favor si lo suspenden de la OEA, porque este organismo “debió haber desaparecido hace muchos años”.