Corea del Norte lanzó ayer, sin éxito, un misil cuyo tipo y rango todavía se desconocían anoche, aunque un asesor del gobierno estadounidense descartó que fuera de alcance intercontinental.

El proyectil, que fue lanzado minutos antes de las 6.00 (hora local), estalló casi inmediatamente después de ser disparado, según confirmó a las agencias de noticias Reuters y Efe un portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano. Por el momento, las autoridades de Corea del Norte guardaron silencio, probablemente porque la prueba falló.

El último ensayo balístico norcoreano, que se llevó a cabo en un momento de gran tensión con Estados Unidos, coincidió con la llegada a Seúl del vicepresidente estadounidense, Mike Pence. Desde allí, Pence dijo que la prueba realizada ayer fue una “provocación”. Frente a un grupo de militares estadounidenses en una base militar surcoreana, el vicepresidente agregó: “Es, simplemente, el último recordatorio de los riesgos que enfrenta cada uno de ustedes día a día”.

En paralelo, el asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, Herbert R McMaster, dijo que Estados Unidos ya trabaja con sus aliados internacionales y con el gobierno chino para “elaborar una gama de opciones” que estén listas en el caso de que Corea del Norte decida “continuar su patrón desestabilizador y provocador” y se niegue a “desnuclearizarse”.

El sábado, el número dos del gobierno norcoreano, Choe Ryong-hae, aseguró que el país está listo para responder a Estados Unidos en una “guerra nuclear”, después de que la administración Trump insinuara un posible ataque preventivo contra su país.