“En las escuelas públicas debe haber enseñanza” de varias religiones, porque “el ejemplo de Jesús debe ser aprendido, pero también el de Mahoma, las enseñanzas del budismo y el hinduismo”, dijo el ministro de Educación argentino, Esteban Bullrich. De esa forma, agregó el ministro, que es católico, “la luz, no solamente la del cirio pascual, sino la de la educación, va a brillar más fuerte que nunca”.

Bullrich hizo esas declaraciones durante la inauguración de un colegio católico en Corrientes cuyos salones de clases fueron bendecidos por un sacerdote de esa iglesia que aseguró que los problemas que enfrenta Argentina se deben a que se ha “sacado a Dios” de las vidas de las personas.

Consultado por el diario Página 12, el coordinador de la Coalición Argentina por un Estado Laico, Fernando Lozada, consideró que Bullrich “incumplió los tratados internacionales que garantizan la libertad de conciencia”.

Más allá de las declaraciones, el Ministerio de Educación no está considerando promover la enseñanza religiosa en las escuelas, informó el diario Clarín. Aun así, las palabras del ministro sirvieron para revivir una polémica que surgió en 2015, cuando se derogó la Ley 1.420, que prohibía la educación religiosa en las escuelas, porque se consideró que esta prohibición estaba comprendida en la Ley de Educación de 2006. Según varios analistas, la Ley de Educación no garantiza la laicidad, sino la neutralidad de la educación pública, ya que establece que la religión no puede enseñarse en horario de clase, pero sí fuera de horario.

Además, la derogación de la Ley 1.420 abrió la puerta para que las distintas provincias hicieran distintas lecturas acerca de la enseñanza religiosa. Así, en las escuelas públicas de Salta, profesores designados por el obispado enseñan educación católica. Padres de estudiantes de escuelas públicas recurrieron a la Justicia por esta decisión.