Se suponía que ayer era un día festivo en Venezuela, que conmemoraba los 207 años del inicio de la lucha por la independencia del imperio español. Sin embargo, tanto el gobierno como la oposición decidieron que fuera una jornada para salir a las calles y manifestarse. El choque entre las dos protestas terminó en ocasiones en episodios de violencia. Los incidentes tuvieron lugar en particular en las protestas opositoras, que fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad.

El presidente dijo el martes de noche que el derecho a la “libre manifestación” está “garantizado totalmente” en su país, pero que “todos los derechos están regulados” y requieren permisos. Ayer la Policía venezolana disolvió con gases lacrimógenos y balas de goma muchas de las marchas opositoras, que reunieron a miles de personas provenientes de 26 puntos diferentes. La masa de gente pretendía llegar hasta la Defensoría del Pueblo en Caracas, pero en los puntos más importantes -como pasó en la principal autopista de la capital- muchos manifestantes fueron bloqueados por las fuerzas de seguridad.

En una de estas marchas, un joven de 17 años recibió un balazo en la cabeza y murió horas después en el hospital. Anoche no había información acerca de los responsables, pero sus familiares dijeron a periodistas que el adolescente no participaba en las protestas y que fue herido por uno de los tiros al azar que lanzaron dos motociclistas cuando él iba a jugar un partido de fútbol.

También murió una mujer de 23 años, que se encontraba a cuatro cuadras de una protesta antigubernamental en la que tampoco estaba participando, en el estado de Táchira. Un testigo informó a la agencia de noticias Efe que la mujer estaba caminando cuando se cruzó con un grupo de supuestos civiles armados que habían actuado contra la manifestación cercana y le dispararon “a quemarropa y sin mediar palabras”.

A su vez, la Fiscalía confirmó que en medio de las manifestaciones se registraron dos heridos graves, que fueron hospitalizados. Se trata de una mujer que fue golpeada con un “objeto contundente en la cabeza” y un hombre que recibió impactos de perdigones. Según la oposición, 270 personas fueron detenidas en las marchas que se hicieron en las distintas ciudades del país.

En la zona de Paraíso, miembros de la Guardia Nacional Bolivariana que intentaron disolver la concentración opositora recibieron pedradas por parte de los manifestantes. El primer vicepresidente del Parlamento, el opositor Freddy Guevara, denunció en las redes sociales la actuación de los funcionarios policiales, que lanzaron bombas de gas de manera indiscriminada. En Bello Monte, otra zona de la capital, la Policía y la Guardia Nacional también hicieron retroceder a los opositores y motivaron que centenares de ellos saltaran al Guaire, el río de aguas contaminadas que atraviesa la ciudad, para huir de los gases lacrimógenos.

Razones cruzadas

La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocó a la protesta de ayer para exigir elecciones libres y democráticas, la apertura de un canal humanitario para que ingresen al país medicamentos y alimentos, y la libertad para los presos políticos. A la vez, pidió el fin de las inhabilitaciones políticas y el respeto al Parlamento, de mayoría opositora. El líder opositor Henrique Capriles dijo directamente que se movilizaba contra el “golpe de Estado” de Maduro.

En tanto, la manifestación oficialista paralela tenía como objetivo repudiar el “golpe de Estado” que, según denunció Maduro, llevan adelante los opositores con la ayuda del gobierno de Estados Unidos. Para combatir este “golpe”, el presidente venezolano anunció el martes de noche la activación del llamado Plan Zamora, que, coordinado por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, tiene como fin mantener el orden interno ante las supuestas amenazas “desde Washington”. Para eso, el gobierno habilitará “toda la estructura militar, policial y civil del Estado venezolano”, dijo Maduro, en un discurso televisado, desde la sede presidencial. Aseguró además que ese “golpe de Estado” contra Venezuela fue anunciado por el Departamento de Estado de Estados Unidos en un comunicado difundido el martes que, en su opinión, no es más que un “guion escrito para generar violencia y caos” en el país. En las últimas horas de ayer, el representante interino de Estados Unidos en la Organización de Estados Americanos, Kevin Sullivan, rechazó la acusación “infundada”de Maduro y dijo que “nada estaría más lejos de la realidad” que impulsar un golpe de Estado en Venezuela.

El Plan Zamora también era necesario para combatir el “complot militar” contra el gobierno que se tejió en el propio territorio venezolano, denunció el mandatario. Aseguró que en la tarde de ese día fueron “desmantelados varios grupos” y que fue detenido uno de los “cabecillas” de este “intento de golpe de Estado”. El gobernante agregó: “La jurisdicción militar está procesando a todos los complotados civiles y militares, retirados en este caso, activos, ya capturados o en fuga hacia Colombia”.

Maduro acusó especialmente al presidente del Parlamento venezolano, el opositor Julio Borges, de “secundar” los planes golpistas. “Lo que ha hecho Borges el día de hoy configura un delito contra la Constitución y así debe ser procesado. Llama abiertamente a un golpe de Estado a los funcionarios de la Fuerza Armada, al desconocimiento de sus líneas, de sus mandos y de su comandante en jefe. Eso está tipificado como una ruptura constitucional”, dijo. Se refería al pedido que hizo el titular del Parlamento el martes a los militares para que actúen de manera consciente durante las movilizaciones, afirmando que la cadena de mando no los libra de su responsabilidad.

Su llamado a la “reflexión” llegó después de tres semanas de protestas antigubernamentales que, como ayer, fueron reprimidas con gases lacrimógenos y balas de goma. Hasta el martes sumaban seis muertos. Ayer eran ocho. Borges también había comunicado que su partido, Primero Justicia, denunció ante la Corte Penal Internacional un “caso de tortura” de dos de sus integrantes.

Horas antes de la marcha, dirigentes políticos, artistas, académicos y representantes de diferentes organizaciones gremiales contrarias al chavismo habían invitado a los venezolanos a no tener miedo a la “represión” del gobierno de Maduro e insistieron en ese pedido durante toda la jornada de ayer. De hecho, Capriles había recomendado resistir y “caminar en grupos” ya que “es momento de estar acompañados” para evitar la “represión” de un gobierno que “en su desesperación” es capaz de “cometer locuras”.

Maduro recibió las movilizaciones oficialistas en la avenida Bolívar, desde donde celebró la cantidad de gente que asistió a las marchas, y anunció que el gobierno estaba “desmantelando el golpe de Estado terrorista y violento” impulsado por la oposición.

El presidente también anunció que fue detenido portando “armas, explosivos y planes de violencia” El Jefferson, a quien identificó como jefe de una “banda terrorista” opositora. Aun así, el mandatario convocó a la oposición a dialogar y dijo que le hará un planteo. “Yo estoy listo [...] para reunirme y vernos la cara con los voceros de la oposición”, dijo, y agregó que les pediría, “en nombre de millones de hombres y mujeres de Venezuela, que rectifiquen y que cesen su violencia y su golpismo”. Las protestas de ayer terminaron con 400 detenidos y 57 lesionados, informó la agencia de noticias Efe. Al final del día, la coalición opositora MUD convocó nuevas manifestaciones para hoy.