Dos nuevos episodios, ocurridos en el marco del conflicto en Siria, reavivaron la tensión entre Estados Unidos y Rusia. El último tuvo lugar ayer, cuando la coalición internacional que lidera Estados Unidos para combatir al grupo yihadista Estado Islámico (EI) anunció que derribó un dron de las fuerzas leales al gobierno sirio cerca del paso fronterizo de Al Tanf, entre Siria e Irak. La alianza explicó en un comunicado que derribó el artefacto después de que “mostrara un intento hostil y avanzara hacia las fuerzas de la coalición”. A su vez, advirtió que “no tolerará” acciones en su contra de parte de las fuerzas del presidente de Siria, Bashar al Assad.

El ataque contra el dron ocurrió dos días después de que la coalición internacional derribara un avión de la fuerza aérea siria en la provincia de Al Raqqa. En esa ocasión, la alianza también argumentó que actuó en respuesta a ataques de las fuerzas gubernamentales contra posiciones de sus aliados en la zona, algo que fue negado por las autoridades sirias. En Al Raqqa, la coalición ofrece respaldo aéreo a las Fuerzas de Siria Democrática, una agrupación liderada por milicias kurdas que desde principios de mes desarrolla una operación para expulsar a EI de la capital homónima de la provincia.

Después de este primer ataque, Rusia anunció que suspendía el mecanismo de prevención con Estados Unidos en el espacio aéreo de Siria y advirtió que cualquier avión o dron de la coalición detectado al oeste del Éufrates sería seguido “en calidad de blanco” por las defensas antiaéreas rusas. Ayer, el canciller ruso, Serguei Lavrov, dijo que Moscú espera explicaciones por el incidente del domingo, si bien no mencionó el segundo ataque. “Por los canales del Ministerio de Defensa hemos solicitado explicaciones de los detalles de lo ocurrido. Esperamos que nos las den”, advirtió Lavrov en una conferencia de prensa. También informó que le preguntará a su par estadounidense, Rex Tillerson, por qué los bombardeos de la coalición internacional evitan las posiciones de la milicia islamista Frente Al Nusra, antigua filial del grupo terrorista Al Qaeda. Finalmente, el canciller ruso insistió en la importancia de crear zonas de distensión en Siria, algo que, a su entender, lograría que por “primera vez en la historia de la crisis siria” se pudiera hacer “una separación entre los que participan en las acciones militares y los terroristas”.

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, se mostró ayer “preocupado” por la tensión entre Estados Unidos, Rusia y otros actores que participan en el conflicto en Siria. “Espero verdaderamente que haya una desescalada de la situación, porque este tipo de incidentes pueden ser muy peligrosos en un conflicto en el que hay tantos actores y en el que la situación es tan compleja sobre el terreno”, dijo en una conferencia de prensa.