El líder opositor venezolano Leopoldo López, preso desde febrero de 2014 por encabezar una ola de protestas antigubernamentales en las que murieron 43 personas, fue enviado a su casa para cumplir el resto de su condena. La medida, anunciada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), fue considerada un triunfo de la oposición, que exigió al gobierno la liberación del resto de los “presos políticos”, y un paso fundamental para alcanzar una solución pacífica a la crisis que atraviesa el país.

El emblemático líder opositor fue trasladado en la madrugada del sábado desde la cárcel militar de Ramo Verde a su casa en Caracas, después de cumplir con tres años y medio de una pena de prisión de 13 años y nueve meses. Unas horas más tarde, el TSJ informó en un escueto comunicado que tomó la “medida humanitaria” debido a “problemas de salud” de López. Familiares del político aseguraron que se encuentra en perfectas condiciones, y así se lo pudo ver en las primeras fotos que circularon luego de su traslado. Sin embargo, su esposa, Lilián Tintori, aseguró que fue trasladado porque no había forma de garantizar su vida en Ramo Verde, donde “lo torturaban”. “Los últimos días fueron los peores”, aseguró, antes de mencionar, como ejemplo, que fue obligado a comer los alimentos de la prisión y no los que ella le mandaba, y que bajó cinco kilos.

Lejos de manifestar rechazo por la decisión judicial, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo que no sólo la “acataba” sino que, de hecho, él mismo la había aprobado unos días antes. Para conceder el arresto domiciliario a López, el tribunal se basó en un informe de la Comisión por la Verdad, la Justicia y la Paz que antes contó con el visto bueno del mandatario, según explicó él mismo en un acto transmitido por cadena de radio y televisión.

López fue arrestado en 2014, después de convocar a los venezolanos a manifestarse en las calles para exigir el fin del gobierno de Maduro, que había sido electo un año antes, bajo el hashtag #LaSalida. Las protestas duraron varias semanas, durante las cuales murieron 43 personas y se produjeron daños contra la propiedad. La Justicia responsabilizó a López –y a otros dirigentes– por esos hechos y lo condenó por intimidación pública, daños a la propiedad y homicidio intencional calificado. Maduro recordó que López dirigió esas protestas y consideró que el traslado a su casa puede ser un impulso para que el líder opositor “lance un mensaje de rectificación y de paz”. Además, aprovechó para volver a hacer un llamado “a un gran diálogo” con la oposición, para que se instaure “la paz” en el país, escenario de protestas que han dejado 91 muertos y que ayer cumplieron los 100 días.

López no bajó su tono. Por el contrario, llamó a los venezolanos a que se mantengan en las calles. “Les reitero mi compromiso de luchar hasta conquistar la libertad [...] volvamos a la calle a luchar”, dijo en una carta. “Me mantengo firme en mi oposición a este régimen y en mi convicción de luchar por una verdadera paz, convivencia, cambio y libertad. No tengo voluntad alguna de claudicar”, agregó.

Unas horas después, López se trepó al muro que separa su casa de la calle y, sacudiendo una bandera de Venezuela, saludó a las decenas de personas que se habían concentrado allí.

Todavía falta

La oposición celebró la decisión del TSJ, aunque advirtió que quedan 400 “presos de conciencia” en las cárceles venezolanas. A la vez, aseguró que el traslado de López llegó gracias a la “presión” social y no porque el gobierno haya impulsado un “diálogo”, como argumentó el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López. En ese sentido, el traslado fue considerado “un innegable triunfo” que demuestra la necesidad de “intensificar la lucha democrática”.

“Esperamos que esta medida adoptada por el gobierno hacia Leopoldo, producto de la combinada presión nacional e internacional, pueda ser el inicio de un proceso de rectificación que conduzca a lo que toda Venezuela quiere [en referencia a la salida del gobierno de Maduro]”, manifestó la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en un comunicado.

En la misma línea se manifestaron varios gobiernos de América Latina y organismos internacionales. El presidente de Argentina, Mauricio Macri, manifestó en Twitter su “alegría” por la liberación de López y dijo “esperar” que “pronto” suceda lo mismo con “los demás presos políticos”. Por su parte, el gobierno chileno pidió “la liberación definitiva de López” y “un diálogo creíble entre el gobierno y la oposición”. Los gobiernos de Colombia, Perú, Paraguay, México, Panamá, Guatemala y República Dominicana se expresaron en el mismo sentido.

Por otro lado, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, consideró que la salida de la cárcel de López es una “oportunidad de reconciliación nacional y salida democrática” a la “grave” crisis existente en el país.

Menos optimista, Amnistía Internacional advirtió que, a pesar del arresto domiciliario de López, la “represión” en Venezuela “se profundiza”, por lo que instó a que este sea “un primer paso para revertir la política del gobierno venezolano de reprimir a todas aquellas personas que desacuerdan con ellos”. Además, la directora de esta organización para las Américas, Erika Guevara, recordó que el político opositor “continúa privado de su libertad”. “Oponerse al gobierno no es un crimen. Todos los cargos contra Leopoldo deben ser retirados, y él debe ser puesto en libertad inmediata e incondicionalmente”, agregó. También pidió a Maduro que “deje de castigar a las personas por pensar diferente” y enfoque sus energías a encontrar “soluciones factibles para resolver la profunda crisis en la que el país se encuentra sumido”.

Seguir el ejemplo

Horas después de que López llegara a su casa, la Fiscalía venezolana pidió la revisión de las medidas de privación de libertad de otros tres opositores que están presos: los ex alcaldes Antonio Ledezma y Daniel Ceballos, y el militante opositor Lorent Saleh.

Ledezma, antiguo alcalde de Caracas, fue detenido el 19 de febrero de 2015 por “conspiración contra el gobierno”, por supuestamente apoyar a grupos que “pretendían desestabilizarlo”. Estuvo preso en Ramo Verde, al igual que López, hasta que pasó a arresto domiciliario dos meses después de haber tenido que someterse a una intervención quirúrgica.

Ceballos, ex alcalde de San Cristóbal, fue detenido en marzo de 2014 y condenado a 12 meses de prisión por no cumplir una sentencia del TSJ que lo obligaba a impedir la colocación de barricadas en el municipio durante las protestas. Luego de cumplir la condena, el tribunal informó que Ceballos continuaría preso por otra causa judicial relacionada con esas protestas.

Saleh fue expulsado de Colombia y entregado a las autoridades venezolanas en setiembre de 2014 por estar supuestamente involucrado en “planes conspirativos” contra el gobierno de Maduro. Desde ese entonces, permanece detenido en un calabozo del Servicio Bolivariano de Inteligencia.