El gobierno chileno confirmó que el lunes presentará ante el Congreso un proyecto de ley que permita la unión civil entre personas del mismo sexo. La iniciativa, que llega una semana después de que el Tribunal Constitucional legalizara el aborto en casos extremos, incluye también la filiación y la adopción homoparental.

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, está a seis meses de abandonar el Palacio de la Moneda y, antes de hacerlo, quiere aprobar –o, al menos, dejar en manos del Congreso– algunas de sus iniciativas más progresistas. Sobre todo porque los sondeos de intención de voto de cara a las elecciones de noviembre apuntan a que el candidato presidencial de la derecha, el ex mandatario Sebastián Piñera, tiene todas las chances de convertirse en su sucesor y dar marcha atrás con algunas de sus políticas.

Desde que asumió su segundo mandato, en marzo de 2013, la presidenta llevó a cabo una esperada reforma en la educación, modificó el sistema electoral que regía desde la época de Augusto Pinochet, presentó una reforma del sistema de pensiones y hace apenas unos días celebró la aprobación de la legalización del aborto en tres causales.

A partir del lunes, iniciará la batalla por el matrimonio igualitario. Aunque el gobierno no quiso adelantar nada sobre el contenido de su proyecto, organizaciones que defienden la diversidad sexual y que accedieron a borradores confirmaron que la propuesta, además de avalar el matrimonio entre personas del mismo sexo, contiene la adopción y filiación homoparental, y regula los procesos de inseminación artificial.

La vocera del gobierno, Paula Narváez, dijo que el Ejecutivo “ha acogido la demanda de las organizaciones de la diversidad sexual” en el diseño de este documento, que estuvo a cargo de los ministerios de Justicia y de la Mujer y Equidad de Género, en conjunto con la Secretaría General de Gobierno. “Entendemos que el tema filiativo es importante. El proyecto de ley se hace cargo de las derivaciones del matrimonio”, agregó Narváez, antes de asegurar que el gobierno está “generando condiciones para que las parejas homoafectivas puedan ser padres o madres”.

A pesar de que el matrimonio igualitario fue una de las promesas de campaña de Bachelet en 2013, la iniciativa tomó impulso después de que el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) demandara al Estado chileno ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por “leyes discriminatorias”. Empezó así un proceso que terminó en mayo de 2016, cuando las dos partes llegaron a una “solución amistosa” y el Estado ratificó un compromiso vinculante con Movilh a favor de la ley de identidad de género, la adopción homoparental y el matrimonio igualitario. Hace dos meses, Bachelet anunció finalmente que enviaría esta ley en el segundo semestre del año.

Uno de los dirigentes de Movilh, Rolando Jiménez, dijo el lunes que lo que propone el gobierno coincide en líneas generales con los compromisos asumidos ante la CIDH, y aseguró que su organización comunicará la próxima semana si está o no de acuerdo con los contenidos. Jiménez agregó que existe preocupación entre las partes ya que “algunos aspectos de la solución amistosa que el gobierno pidió mantener en reserva se están filtrando, lo cual violenta los acuerdos alcanzados”.

De acuerdo con el diario chileno La Tercera, ya empezaron a surgir críticas en el seno del gobierno. Entre otras cosas, funcionarios cuestionan a los organismos que redactaron el proyecto por ignorar un anteproyecto presentado el año pasado por organizaciones civiles y académicos, como aporte a la discusión. El diario, que accedió a un borrador de la propuesta, consideró en un artículo publicado el lunes que la iniciativa del gobierno propone un cambio menos “integral” del Código Civil que ese anteproyecto y deja “sin regular” algunos aspectos de la filiación y la adopción homoparental.

La comunidad LGTBI lucha desde hace años para modificar la Ley de Acuerdo de Unión Civil vigente hoy en día y que, entre otras cosas, sólo permite el matrimonio entre un hombre y una mujer y define como única opción posible tener una madre y un padre. Además, establece un sinnúmero de obstáculos para las parejas homosexuales que tienen hijos. En varios casos –como la muerte de un progenitor o la separación–, estos quedan desprotegidos porque sus padres o madres no tienen un vínculo legal con ellos.