Después de 53 años de lucha armada y de un proceso de paz que duró más de cuatro, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) realizan su transición definitiva de guerrilla a partido político. Lo hacen en un congreso que empezó ayer, termina el viernes y servirá para definir el nombre que adoptará esta organización, sus símbolos, su estatuto, su programa y sus candidatos al Parlamento.

Bajo el eslogan “Por un gobierno de transición para la reconciliación y la paz”, comenzó en Bogotá el congreso de las FARC, tal como lo establecen los acuerdos de paz firmados con el gobierno colombiano. A este encuentro asisten cerca de 1.100 delegados de los distintos sectores de las FARC, además de los 61 miembros del Estado Mayor Central, el máximo órgano de la organización. También están invitados a participar los candidatos presidenciales a las elecciones de 2018, “para que expongan sus planteamientos” y “cada uno dé su visión sobre la paz del país”, según explicó el dirigente guerrillero Jorge Torres Victoria, conocido como Pablo Catatumbo, en declaraciones al diario colombiano El Espectador.

Los preparativos del congreso se llevaron adelante con cierto hermetismo, por lo que hasta ayer no se conocía con detalles cuál será la agenda que seguirán los delegados en los próximos días. Sin embargo, varios líderes guerrilleros dieron en Twitter algunas pistas de los temas que se abordarán. Se sabe que hoy los representantes se dividirán en comisiones que trabajarán para definir el nombre que adoptará el partido, elegir sus colores y sus candidatos al Parlamento, además de elaborar su programa y sus estatutos.

El número dos de la guerrilla, Luciano Marín, alias Iván Márquez, adelantó la semana pasada que el nombre del partido será Fuerzas Alternativas Revolucionarias de Colombia, una decisión que mantendría las siglas FARC. Sin embargo, su máximo líder, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, abrió una encuesta en Twitter para recoger sugerencias de nombres. Las opciones eran: Nueva Colombia, Esperanza del Pueblo, FARC-EP y Nuevo Partido. En el congreso también se determinará si habrá candidato propio para las elecciones presidenciales o si el nuevo movimiento formará parte de una coalición.

Un tema central a debatir en este encuentro es el de la identidad ideológica del partido. Los ex guerrilleros deberán definir si continúan con la doctrina comunista-marxista que los identificó en su origen o si se proyectan como una opción progresista dentro del espectro de la izquierda.

Al respecto, Timochenko aseguró en la apertura del congreso que no cambiarán sus “fundamentos ideológicos” ni su “proyecto de sociedad”. En este sentido, dijo que seguirán siendo “tan revolucionarios” como hace medio siglo y persistirán en “llevar a Colombia al ejercicio pleno de su soberanía nacional y hacerla vigente”.

El líder guerrillero no habló de comunismo ni de marxismo, pero afirmó que buscarán que se instale en Colombia “un régimen político democrático que garantice la paz con justicia social, el respeto a los derechos humanos y un desarrollo económico con bienestar para todos”.

Otro de los asuntos determinantes será quiénes ocuparán los escaños en el Parlamento. Los acuerdos de paz les otorgan a las FARC cinco lugares en el Senado y el mismo número en la Cámara de Representantes. Hasta el momento, lo único que se supo al respecto es que los ex combatientes quieren que haya una importante representación de mujeres.También deberán decidir si Timochenko será el líder político del partido,una cuestión que se puso en duda debido a los recientes problemas de salud que tuvo.

El congreso arrancó en medio de una polémica por la lista de bienes que las FARC entregaron a la misión de la Organización de las Naciones Unidas en Colombia para indemnizar a las víctimas del conflicto armado. Casi de inmediato, el fiscal general colombiano, Néstor Humberto Martínez, dijo que la lista es “irrelevante” y exigió identificar “cabalmente los activos” de la guerrilla. Además, advirtió que en el documento aparecen como “patrimonio” objetos como escobas, pocillos, botas e incluso tratamientos médicos.

Las FARC afirmaron el sábado que el inventario de bienes se hizo “con el máximo rigor posible”y negó que haya una “intención política” de entorpecer la implementación de la paz, en respuesta a las críticas de diversos sectores en esa línea.