Ayer salió el último contenedor con armas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde una de las zonas veredales, los lugares en los que se reunían hasta ahora unos 7.000 guerrilleros para prepararse para su reinserción en la sociedad. El hecho marcó el punto final del desarme de la guerrilla. Ahora, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que recibió las armas, se encargará de fundirlas para hacer tres estatuas (una quedará en Colombia, otra irá a Cuba y la restante se colocará en la sede de la ONU en Nueva York).

La salida del contenedor fue presenciada por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que celebró esta nueva etapa. “Hoy, efectivamente, es el último suspiro de este conflicto [...] y comienza una fase nueva en la vida de nuestra nación”, dijo, y en referencia al desarme, manifestó que “esto era lo que los colombianos no creían que fuera a pasar”. Santos dijo también que con el fin del conflicto se abren “oportunidades enormes” que será necesario atravesar “paso a paso” para construir una paz “estable y duradera”.

En su discurso, Santos se refirió a uno de los grandes temores de los integrantes de la guerrilla desarmada: la seguridad de los combatientes desmovilizados. Según las FARC, en las últimas semanas fueron asesinados siete de sus integrantes y existe el temor de que se repita la experiencia de la Unión Patriótica, un partido formado por ex guerrilleros que sufrió el asesinato de muchos de sus integrantes hasta extinguirse. El presidente dijo que él es el “primer interesado en que por ningún motivo se vaya a repetir lo que sucedió con la Unión Patriótica” y se comprometió a brindar seguridad a los ex guerrilleros.

Las zonas veredales ahora cambian de naturaleza y pasan de ser áreas de concentración de combatientes a convertirse en Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación en los cuales las fuerzas públicas de seguridad, que hasta ahora mantenían una guardia perimetral, podrán ingresar. La Policía y las Fuerzas Militares presentaron ayer planes especiales y complementarios para proteger a los ex guerrilleros.

Además, ayer fue el día en el que tuvo lugar la esperada salida de los combatientes que todavía no cumplieron 18 años, unos 50, que pasarán a estar bajo la tutela del Estado o de sus familiares. También ayer las FARC entregaron a la ONU una lista con sus bienes y propiedades, que se suman a los que ya habían sido incautados por las autoridades desde que se firmó el acuerdo de paz. Se prevé que se utilicen para resarcir a las víctimas.

Una nueva etapa se abrirá el 1º de setiembre, día en el que las FARC se convertirán en un partido político. Ayer uno de sus líderes, Iván Márquez, dijo que mantendrán la sigla FARC, ahora con el nombre Fuerza Alternativa Revolucionaria de Colombia. “No queremos romper los vínculos con nuestro pasado. Hemos sido y seguiremos siendo una organización revolucionaria”, dijo Márquez en el acto que se realizó por la salida del último contenedor.

Entre el 27 y el 31 de agosto se desarrollará el congreso constitutivo del partido de las FARC, en el que se terminarán de definir los principios políticos y se elegirá la dirección de la formación y se avanzará en la elección de candidatos para las elecciones de 2018.