“A juicio del voto de la mayoría del comité, el proyecto minero-portuario Dominga presenta deficiente información de línea base e insuficiencias en sus medidas de mitigación, compensación y reparación, por lo que estimamos que no se hace cargo de manera adecuada de los eventuales impactos significativos al medioambiente y la salud de las personas”, sentenció ayer el ministro de Medio Ambiente chileno, Marcelo Mena, presidente del Comité de Ministros. Este último está integrado, además, por los titulares de Salud, Economía, Agricultura, Energía y Minería.

De esta manera, el comité ratificaba el rechazo del CEA al megaproyecto que Andes Iron quiere llevar adelante en Coquimbo y que prevé una producción anual de 12 millones de toneladas de concentrado de hierro y 150.000 toneladas de concentrado de cobre, con una inversión de 2.500 millones de dólares.

La iniciativa fue rechazada por los ministros de Salud, Agricultura y Medio Ambiente y contó con el apoyo de las carteras de Minería y Energía. La decisión del Comité de Ministros puede ser apelada ante el Tribunal Ambiental, órgano autónomo e independiente dedicado a resolver estos asuntos. Sin embargo, hasta ayer la compañía no se había pronunciado sobre qué pasos seguirá tras el fallo.

Según explicó el ministro Mena, el comité consideró que el proyecto no tiene en cuenta cuestiones como el impacto en la calidad del aire, la contaminación lumínica, el ruido, y el riesgo de accidentes y derrames en la operación portuaria. Tampoco se hace cargo del efecto que podría generar en la flora y fauna “de una zona ecológica única en el mundo donde, entre otras cosas, habita 80% de la población mundial del pingüino de Humboldt y otras especies emblemáticas, como ballenas y chungungos”, agregó, haciendo referencia a especies que están en riesgo de extinción. El ministro se basó además en “la evidencia científica” para afirmar que Dominga afectaría de manera importante los objetos de conservación de la Reserva Nacional del Pingüino de Humboldt, situada en La Higuera.

Por otro lado, Mena afirmó que, como ministro de Medio Ambiente, cree “firmemente en el desarrollo que se tiene que llevar a cabo” en la región, pero que este no puede lograrse “a costa del patrimonio ambiental”, ni ocasionando “riesgos a la salud de las personas”. En este sentido, enfatizó que su ministerio no está “en contra del desarrollo económico ni de los proyectos que son necesarios para el crecimiento del país, pero estos deben responder adecuadamente a los impactos que pueden generar”. Se protegía así de las críticas de sectores que apoyan el proyecto, como la Mesa Comunal de La Higuera, que este mes hizo dos marchas a favor de una iniciativa que, a su entender, generará oportunidades laborales y desarrollo productivo en la zona.

Por su parte, el presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Diego Hernández, calificó ayer la decisión del Comité de Ministros de “una decisión política sin justificación” por parte del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet. Agregó: “Es una mala noticia para la minería y, particularmente, para el país”, que con la resolución demuestra que la inversión “no es bienvenida”. Hernández defendió además que el proyecto “cumplía con todas las exigencias que la autoridad ambiental le había hecho”.

En contrapartida, otros sectores de la sociedad chilena habían manifestado su malestar acerca de Dominga. Los argumentos eran parecidos a los presentados ayer por Mena. La Subsecretaría del Medio Ambiente de Chile, dependiente del ministerio del área, entregó el domingo a los ministros un informe en el que cuestionaba las medidas de compensación y mitigación que fueron presentadas por Andes Iron en el proceso de evaluación ambiental. Según el organismo, una de las principales debilidades del estudio de Dominga es que ignora los efectos en el medio marino, en la Reserva Nacional del Pingüino de Humboldt y en otras especies en peligro de extinción.

También enviaron sus críticas las subsecretarías de Salud, Agricultura, Evaluación Social, la Secretaría Regional Ministerial de Energía de Coquimbo, la Corporación Nacional Forestal, el Servicio Nacional de Pesca, el Servicio Agrícola y Ganadero y la Intendencia de Coquimbo.

A esto se sumó el sábado el rechazo de 41 científicos que, en una carta dirigida al gobierno chileno, exigieron proteger la localidad de La Higuera, una zona natural “única”, de “importancia mundial”. Además, los especialistas expresaron su preocupación por “el peligro que corre un sector de uno de los ecosistemas marinos más importantes del planeta”, en referencia, también, a la “corriente de Humboldt”.

A la vez, los científicos acusaron al gobierno de evaluar la instalación del proyecto minero “incompatible con la vida natural que habita la zona”, pasando por alto “un sinnúmero de argumentos entregados por la comunidad científica”. Ayer, todos festejaron.