Los argumentos de quienes defienden la independencia de Cataluña y el referéndum convocado por el gobierno catalán para el domingo son variados. Van desde las referencias al derecho a la autodeterminación de los pueblos hasta las expectativas de que la economía de los catalanes mejore si la administran ellos mismos. Otros apuntan a que el Estado español o el sistema político de España ha utilizado diversos recursos, incluso judiciales, para desconocer decisiones tomadas por las autoridades autonómicas, ya se trate del contenido del Estatut –que equivale a una constitución regional– o de leyes sobre asuntos sociales que afectan sólo a los catalanes. Se habla también de un sentimiento anticatalán, a veces explotado por los políticos para captar votos.

Las acciones del Estado español contra el referéndum, después de que este fue suspendido por el Tribunal Constitucional, son para el movimiento independentista otro elemento que incide en la posición de los ciudadanos catalanes. Esas medidas –la incautacion de material electoral, la detención de integrantes del gobierno catalán o la acusación de sedición contra manifestantes– están incentivando a la gente a votar, dijo a la diaria en entrevista telefónica uno de los secretarios de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Enric Blanes. La ANC es una de las principales organizaciones sociales impulsoras del referéndum, y su presidente, Jordi Sánchez, fue identificado por la Fiscalía como sospechoso de sedición. Pese a todo, la ANC está movilizada para que la votación del 1° de octubre sea posible.

–¿Cómo se están preparando para dar apoyo al referéndum en las condiciones actuales?

–Nosotros somos un movimiento pacifista, no violento. Estamos convencidos de que nuestro derecho a votar para decidir el futuro de los catalanes es un derecho irrenunciable, entonces estamos muy movilizados. Siempre hemos conseguido que cualquier manifestación sea muy numerosa y sin ningún tipo de violencia. Lo que pretendemos hacer este 1º de octubre es lo mismo, asegurar el voto e intentar sobrepasar cualquier dispositivo policial que se haya planteado para impedirlo, siempre con ese límite: ninguna violencia por nuestra parte. Y esperamos que tampoco haya ninguna violencia de tipo policial.

–Cuando la ANC comenzó a impulsar este referéndum, ¿tenían idea de que se pudieran topar con impedimentos de este tipo? ¿Era algo que tenían previsto o los tomó por sorpresa?

–No nos sorprendió. Conocemos la historia de España, que por desgracia es una historia muy a menudo autoritaria y de fuerte represión contra cualquier tipo de disidencia, y particularmente hostil a los catalanes como minoría dentro del Estado español. Éramos plenamente conscientes. Se acordó desde el ámbito del gobierno catalán una hoja de ruta y se han ido siguiendo todos los pasos establecidos. Hemos pedido hasta en 18 ocasiones [a Madrid] que se acordara el referéndum. Había mecanismos legales, dentro de la Constitución española, para conseguir un referéndum acordado, pero ha habido una negación continua de nuestro derecho como nación. Tenían muchos modos de encontrar una solución política y posteriormente llegar a un acuerdo. El Estado español utiliza la Constitución como escudo. A falta de razones, impone la rigidez de la ley para evitar cualquier negociación política.

–La página web de la ANC fue cerrada. ¿Les dijeron por qué, si había una orden judicial o si quebrantaba una determinada norma?

–Es la segunda vez que la cierran en pocos días. No nos comunican el motivo, no hay ningún tipo de orden judicial para cerrar la página, es una arbitrariedad policial que va claramente contra la libertad política, contra la libertad de expresión. Es un abuso manifiesto.

–En cuanto al efecto que todo esto puede tener sobre el referéndum, ¿puede haber en estas condiciones una votación que sea representativa del pueblo catalán, o va a quedar muy menguada?

–Estamos haciendo una encuesta diaria, y lo que nos dice es que esta represión del [gobernante] Partido Popular está generando que mucha gente que no tenía claro si votar o no se vea incentivada a ir a los colegios electorales. Se está dando un vuelco de muchas personas que no veían claro el referéndum y que en este momento reaccionan manifestando que irán a votar. También estamos viendo un incremento del Sí. Personas que confiaban en que era posible un acuerdo con el Estado se han desencantado, y el Sí está aumentando con mucha rapidez.

–Sin embargo, si se cierran circuitos, se incautan urnas, ¿cómo puede afectar la representatividad del resultado?

–Si las medidas de coerción son efectivas, una parte de la población no va a poder ejercer su derecho al voto. Pero tendremos que ver cuál es el escenario definitivo. El boicot a un referéndum no es un instrumento reconocido internacionalmente para invalidar el voto. Si la participación fuera razonable y además tuviéramos un Sí mayoritario, la decisión política estaría muy clara.

–¿Ustedes le ponen algún porcentaje a esa participación o al Sí?

–No, no le ponemos. La regulación de la ley del referéndum establece que gana quien tiene más votos, independientemente de la participación.

–¿Cómo se imaginan la batalla política que tendrán que dar al día siguiente del referéndum, a partir del 2 de octubre, en caso de una victoria del Sí?

–Imaginamos que va a ser una batalla dura. Después del 1º de octubre la batalla política continúa, pero si el resultado del Sí es muy claro, a pesar de todas las dificultades, creemos que se impondrá la realidad de la voluntad política de los catalanes. No puede un Estado de la Unión Europea mantener un cerco policial y de privación de libertades de una manera indefinida. No se aguanta. El Estado español está en una posición débil, cada vez con críticas más abiertas y hostiles.

–Carles Puigdemont dijo hace unos días que Cataluña no va a olvidar lo que está ocurriendo ahora, en referencia a las acciones de parte del gobierno de España. ¿Cómo se imaginan que va a ser la convivencia, después del 1º de octubre, con España y entre los catalanes que defendieron y los que rechazaron el referéndum, más allá del resultado de la votación?

–Yo creo que la convivencia va a ser buena porque va a ser una relación entre iguales. Se ha destacado muy poco que, junto a una gran movilización pacífica del independentismo, los catalanes que son contrarios a la independencia han mostrado de una manera constante un gran respeto hacia sus vecinos, sus amigos, sus familiares favorables a la independencia.

–La Audiencia Nacional ahora está investigando por el delito de sedición a las manifestaciones del 20 y el 21, que surgieron en respuesta a la detención de integrantes del gobierno catalán, y se menciona, entre otros, el papel del presidente de la ANC.

–El intento de criminalizar el movimiento independentista es muy evidente. En las movilizaciones de la semana pasada el papel de la ANC fue decisivo para canalizar la indignación de muchísima gente ante las detenciones de los políticos que los representan. Nosotros comunicamos inmediatamente al departamento de Interior que nos concentrábamos ante el departamento de Economía, y establecimos desde el primer momento un fuerte cordón de seguridad nuestro para que la gente que manifestaba no se abalanzara contra el departamento y la Policía española que estaba adentro.

–En caso de que el 2 de octubre les digan desde España que esto no tiene ninguna validez y que no va a ser tenido en cuenta, ¿ustedes qué contestarían?, ¿qué pasos tienen previstos?

–La ley del referéndum establece que si ganamos la votación, si hay más votos por el Sí que por el No, el Parlamento declarará la independencia en los siguientes días. Esto está escrito en la ley del referéndum, y el gobierno y el Parlamento están determinados a hacerlo.

–¿Cómo frenarían entonces un impulso desde Madrid? ¿Tienen una ruta para seguir la relación con España?

–La reacción internacional es importante. Hemos notado un vuelco clarísimo desde la semana pasada: desde las detenciones de miembros del gobierno catalán, la opinión pública internacional ha cambiado de una manera muy clara. Nos parece que el gobierno español sigue una estrategia errónea y que esto le va a pasar factura.