Dos investigaciones recientes –una del diario The New York Times, otra de la empresa de ciberseguridad FireEye– revelaron que cientos de cuentas de Facebook rusas publicaron, durante la campaña electoral estadounidense, anuncios contra la candidata demócrata, Hillary Clinton, dirigidos a usuarios cuyos perfiles los ubicaban como vulnerables a la propaganda política.

Días después, representantes de Facebook confirmaron que cerraron 470 cuentas por considerar que habían sido creadas por una empresa rusa ligada al Kremlin. Con esas cuentas se compraron 3.000 anuncios publicitarios por 100.000 dólares. El jefe de seguridad de Facebook, Alex Stamos, explicó que la mayoría de los anuncios no mencionaba directamente a un candidato presidencial, pero “parecían concentrarse en ampliar mensajes sociales y políticos que suelen dividir a la población [...], tocando temas vinculados a la comunidad LGBT, el racismo, la inmigración o los derechos a portar armas”.

La investigación de FireEye reveló que, en menor medida, ciudadanos rusos también publicaron mensajes automatizados contra Clinton en Twitter. El estudio descubrió, por ejemplo, que el día de las elecciones un grupo de cuentas de Twitter utilizó más de 1.700 veces el hashtag #WarAgainst-Democrats (guerra contra los demócratas).

Tanto Facebook como Twitter anunciaron que están estudiando lo sucedido para ver cómo reforzar sus sistemas y evitar este tipo de intrusiones en el futuro.

Todavía nadie pudo comprobar si los propietarios de las cuentas falsas tienen conexiones con el gobierno del presidente ruso, Vladimir Putin. Si se confirma, el fenómeno se convertiría en un nuevo punto a tener en cuenta para quienes investigan la llamada “trama rusa” sobre la injerencia de Moscú en las elecciones de 2016 para favorecer a Trump.