Los buses que recorren nuestra capital alcanzaban velocidades supersónicas de hasta 15 kilómetros por hora. Ante la posibilidad de que abandonaran la órbita terrestre y les costara la vida a los pasajeros, se construyó el corredor Garzón, un pasadizo para ordenar el tránsito y disminuir considerablemente el ritmo con el que los mencionados bólidos transportan a sus sardinas del hogar al trabajo y del trabajo al hogar.

Sin embargo, parece que el trabajo no fue perfecto y por estos días se anunció que se eliminarán 700 metros, con un costo de 300.000 dólares para la comuna y una ganancia de 300.000 declaraciones para la oposición.

“Las obras comenzarán en el momento en que los camiones con materiales lleguen al lugar”, dijo a Los Informantes (diario) un vocero de la intendencia, que no quiso identificarse porque viaja en Uber. “El problema es que los camiones deben tomar el corredor Garzón por varias cuadras, así que los materiales y los obreros llegarán en 2025, si todo va bien”.