El candidato del Partido de los Trabajadores (PT) a la presidencia de Brasil, Fernando Haddad, que el domingo 28 disputará la segunda vuelta con Jair Bolsonaro, dio ayer varias señales de que está dispuesto a adaptar sus propuestas a cambio de unir fuerzas con otros partidos contra el dirigente de ultraderecha. Haddad llega a la segunda vuelta después de haber recibido 29,3% de los votos el domingo, cuando Bolsonaro, del Partido Social Liberal, obtuvo 46%.
La campaña para la segunda vuelta ya empezó, aunque en televisión y radio la propaganda de los candidatos comenzará a emitirse el viernes. En este marco, ambos están profundizando en sus propuestas y buscando apoyos para la segunda vuelta. El equipo de Bolsonaro comenzó a reunirse con empresarios para conseguir ejecutivos que quieran integrar el nuevo gobierno, ya que su partido es muy chico y no tiene la cantidad de gente necesaria como para ocupar todos los cargos en el Estado brasileño. Cualquier compromiso de este tipo se traduciría, probablemente, en un mayor apoyo empresarial para la segunda vuelta.
Por ahora sólo algunos partidos se posicionaron con miras a la segunda vuelta. El Partido Socialismo y Libertad (PSOL) emitió un comunicado el lunes en el que manifestó su apoyo a Haddad. “La segunda vuelta es la continuidad de la lucha contra el fascismo y el golpe. La tarea central en este momento es derrotar a Bolsonaro”, manifestó en el texto, que continúa: “Para eso, el PSOL apoyará a partir de ahora las candidaturas de Haddad y Manuela [D’Ávila]”, la fórmula del PT. En el comunicado, el partido llama a su militancia “a formar comités amplios” para colaborar en la campaña contra Bolsonaro. También el Partido Socialista Brasileño (de centroizquierda) anunció, tal como se esperaba, su apoyo a la candidatura de “Haddad y Manuela”.
Por su parte, Haddad dio señales de que conciliará para reunir la mayor cantidad de apoyo posible y reducir el impacto del voto “anti-PT”. En este sentido, medios brasileños informan que uno de los gestos será que el candidato dejará de reunirse tan seguido con el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Otros indicios llegaron durante una conferencia de prensa que el candidato dio ayer, y en una entrevista publicada por la cadena O Globo.
Haddad dijo que se comunicó con el candidato que quedó tercero el domingo con 12,5% de los votos, Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), y con Guilherme Boulos, que fue candidato del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y reunió 0,6% de apoyo, para convocarlos a formar una “amplia alianza democrática”. También mencionó a Marina Silva, Henrique Meirelles y Geraldo Alckmin, y dijo que podría estar en desacuerdo con ellos pero “nunca dejar de respetarlos”.
El candidato manifestó que está dispuesto a “ajustar parámetros” del programa de gobierno para reunir respaldos, y ya dio marcha atrás, en la entrevista con O Globo, en la propuesta de convocar a una Asamblea Constituyente para reformar la carta magna, una iniciativa que consta en el programa de gobierno del PT. “Revisamos nuestro posicionamiento” con respecto a este tema, dijo. La Asamblea Constituyente era rechazada por el PDT y también por el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que todavía no anunció a quién apoyará en la segunda vuelta.
Además, Haddad utilizó sus comparecencias ante los medios para referirse al tema de la seguridad pública, que hasta ahora no había estado presente en su discurso, y dijo que es necesario “empoderar a la Policía Federal”. También consideró que la propuesta de Bolsonaro de “armar a la población” implica “exonerar al Estado de su deber de proteger a los ciudadanos”.
El conservador Novo, que llevó a João Amoêdo como candidato (obtuvo 2,5%), y el Partido Progresista (PP) anunciaron ayer que se mantendrán neutrales en la segunda vuelta. Aun así, el comunicado de Novo señala su rechazo al PT: “Novo no apoyará a ningún candidato a la presidencia, pero somos absolutamente contrarios al PT, que tiene ideas y prácticas opuestas a las nuestras”. Por su parte, el PP, partido al que Bolsonaro perteneció durante una década, hasta 2016, y que estuvo representado por Ana Amélia, la candidata a la vicepresidencia de Geraldo Alckmin, del PSDB, dijo que está dispuesto a colaborar con cualquier gobierno que se instale el 1º de enero.
A su vez, el Partido Laborista Brasileño anunció su respaldo a Bolsonaro. “Creemos que trabajará para que nuestro país vuelva al camino del desarrollo social y económico y de la pacificación y unión del pueblo brasileño”, dijo en un comunicado.
Para los próximos días se esperan los pronunciamientos de otros partidos de derecha, como Demócratas, el PSDB y el Movimiento Democrático Brasileño. Se espera que en los tres casos se abogue por la neutralidad. Dentro de cada uno de estos partidos hay dirigentes que ya manifestaron su apoyo a Bolsonaro en la segunda vuelta para evitar el regreso del PT al poder, pero las direcciones partidarias, según informan los medios brasileños, no quieren asumir el costo de respaldar a una candidatura como la del ex militar.