La Intendencia de Montevideo (IM) inauguró el lunes un nuevo sistema de fiscalización de tránsito que utiliza automóviles con cámaras en el techo, con el objetivo de registrar a los vehículos que se estacionan en lugares prohibidos, como las zonas tarifadas, las ciclovías y los carriles sólo bus. Este último caso es considerado “particularmente importante” por las autoridades, ya que “la presencia de automóviles estacionados allí impide a los ómnibus desarrollar su velocidad de 90 kilómetros por hora, que es la que hace sentir cómodos a los choferes. Y el principal objetivo de la comuna es no incomodar a los trabajadores del transporte colectivo”.

No habían pasado siquiera 24 horas desde que se puso en funcionamiento del sistema, cuando se registraron las primeras polémicas. Un usuario de Facebook denunció ayer el caso de un automóvil que aceptó una coima de 20 litros de nafta para no poner una multa. “El funcionario municipal que manejaba el automóvil fiscalizador se bajó por un momento y el vehículo aprovechó para concretar su maniobra. Se colocó frente a un Fiat Uno que estaba mal estacionado y abrió la tapa del tanque, en actitud claramente insinuante. El propietario del Fiat puso la nafta y entonces el auto hizo un cambio de luces, a modo de guiño cómplice. Mi teoría es que el sistema de inteligencia artificial que se utiliza para detectar las infracciones aprendió de los inspectores de tránsito y tomó el automóvil bajo su control para hacerse unos extras”.