Jorge Glas, que fue vicepresidente de Ecuador de 2013 a 2018, primero durante el gobierno de Rafael Correa y después en el de Lenín Moreno, fue internado en un hospital de Quito debido a que su salud se deterioró notoriamente después de 16 días de huelga de hambre.

Glas, de 49 años, fue condenado a seis años de prisión en octubre de 2017 luego de que un tribunal lo encontrara culpable de recibir sobornos pagados por la empresa constructora brasileña Odebrecht. El ex jerarca inicialmente cumplía su condena en la Cárcel 4 de Quito, pero el mes pasado, argumentando razones de seguridad, fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad ubicada en la ciudad de Latacunga, en la provincia de Cotopaxi, en el centro de Ecuador.

El motivo de su traslado fue la fuga de la Cárcel 4 de Fernando Alvarado –ex secretario de Comunicación del gobierno de Rafael Correa–, que fue encarcelado por el delito de peculado. A partir de su traslado a Latacunga, Glas comenzó una huelga de hambre.

Edison Ramos, director técnico médico del hospital Carlos Andrade Marín de Quito, dijo que el ex vicepresidente llegó a ese centro de salud a la 1.30 del martes. Según informaron los medios de comunicación ecuatorianos, el médico afirmó que el ex presidente “ingresó despierto, consciente, orientado y estable” y no presenta “ningún dato que llame la atención”. Agregó que ayer se le estaba haciendo una valoración nutricional para ver cuál es su estado y disponer la alimentación que fuera necesaria. “Los exámenes que se han practicado hasta el momento nos permiten estar tranquilos. Tanto su biometría como la química sanguínea se encuentran bajo los parámetros normales”, agregó Ramos.

Eduardo Franco Loor, abogado de Glas, dijo ayer al portal ecuadorinmediato.com que “hay una orden superior”, por la que se impidió que familiares y amigos del ex vicepresidente procesado pudieran verlo. “Nosotros estamos protestando y pedimos que la Defensoría del Pueblo intervenga, porque esto forma parte de la serie de violaciones a los derechos fundamentales del ex vicepresidente”, denunció.

Por otra parte, según informó la agencia de noticias Efe, varios allegados a Glas pidieron a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que interceda para que la Justicia ecuatoriana disponga su regreso a la cárcel de Quito.

El ex canciller ecuatoriano Ricardo Patiño dijo en una rueda de prensa que se había entregado a la representación de la ONU en la capital ecuatoriana un pedido para que lo extiendan también a Michelle Bachelet, alta comisionada para los Derechos Humanos de esa organización, para que apoye su petición de traslado de Glas a la cárcel de Quito.

Los pedidos por la salud de Glas se han presentado incluso antes de su internación. Hace cuatro días, en su cuenta de Twitter, el presidente boliviano, Evo Morales, hizo un llamado a otros países a tomar conciencia de lo que ocurre con Glas. “Muy preocupados por la salud del hermano Jorge Glas, que está en huelga de hambre por defender sus derechos humanos que están siendo vulnerados. Hacemos un llamado urgente a la comunidad internacional para preservar su vida”.

Poco después de que Moreno asumió su cargo, el oficialismo ecuatoriano se dividió entre los seguidores del nuevo presidente y los del ex gobernante Correa. Entre estos últimos se encuentra Glas, que se considera un perseguido político.