La directora de finanzas de la empresa china Huawei Technologies, Meng Wanzhou, fue arrestada el 1º de diciembre en Canadá por pedido de las autoridades estadounidenses, que la acusan de cometer fraude para violar las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos a Irán y evalúan solicitar su extradición. En concreto, Meng es acusada de haber mentido a instituciones financieras estadounidenses sobre la relación de Huawei con SkyCom, una empresa que realizó negocios en Irán entre 2009 y 2013. De acuerdo con la fiscalía de Nueva York, SkyCom era una subsidiaria oculta de Huawei, pero la ejecutiva china declaró a bancos de Estados Unidos que las dos empresas eran entidades independientes.

Los defensores de Meng habían pedido su libertad bajo fianza, pero la Justicia canadiense quería mantenerla en prisión hasta que hubiera una decisión sobre su extradición, por temor a que la empresaria –hija del fundador de Huawei y con acceso a una fortuna de 3.200 millones de dólares– se fugara. La situación cambió ayer: después de volver a evaluar una nueva petición de los abogados de Meng, el juez a cargo del caso, William Ehrcke, le concedió la libertad con una fianza de 7,5 millones de dólares. También impuso otras condiciones, como colocarle una pulsera con GPS para que pueda ser rastreada en todo momento y asignarle un servicio de seguridad las 24 horas del día, los siete días de la semana, que la seguirá cada vez que abandone su casa –alguna de las propiedades que Meng tiene en Vancouver–. La directiva de Huawei también tiene prohibido abandonar la provincia canadiense de Columbia Británica.

Las autoridades estadounidenses tienen 60 días para presentar en Canadá su petición formal de extradición. Si lo hacen, se iniciará un proceso que podría durar varios años. En caso de no presentarla, Meng quedaría en libertad de forma inmediata.

Meng fue liberada unas horas después de que las autoridades chinas detuvieran al ex diplomático canadiense Michael Kovrig, que ahora trabaja para el International Crisis Group en China. En un principio, el ministro de Seguridad Pública de Canadá, Ralph Goodale, aclaró que la detención no estaba conectada con el caso de Meng. Sin embargo, durante el fin de semana el gobierno chino amenazó con “graves consecuencias” si la empresaria no era liberada. Además, aseguró que el arresto supone una violación de los derechos humanos de la directiva de Huawei.

El caso podría afectar los lazos entre Pekín y Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo ayer que podría intervenir por Meng ante el Departamento de Justicia si su caso afectara el acuerdo comercial que su país está tejiendo con China para ponerle fin al conflicto que tiene enfrentadas a las dos economías desde hace meses. En una entrevista con la agencia de noticias Reuters afirmó: “Si creyera que es bueno para lo que será el mayor acuerdo comercial que se haya hecho, lo cual es algo muy importante, lo cual es bueno para la seguridad nacional, ciertamente intervendría”.