Jair Bolsonaro, quien asumirá la presidencia de Brasil el 1º de enero, proyectó algunas políticas que intentará impulsar tras su llegada al Palacio de Planalto y ratificó varias de sus posturas más cuestionadas.

Durante una reunión con parlamentarios del partido derechista Demócratas, Bolsonaro criticó la ley laboral vigente y se manifestó partidario de una legislación más flexible, según informó Folha de São Paulo. “Dentro de lo posible –sé que el tema está comprendido en el artículo 7º [de la Constitución]–, la ley tiene que ser más informal”, manifestó. El artículo 7º de la Constitución brasileña trata sobre los derechos de los trabajadores urbanos y rurales, las vacaciones, el aguinaldo, el descanso semanal remunerado, la licencia maternal y el seguro de paro.

“Nosotros tenemos derechos de más y empleo de menos; hay que lograr un equilibrio. La reforma aprobada hace poco tiempo [durante el actual gobierno de Michel Temer] ya dio cierta tranquilidad, un alivio al empleador, porque –repito lo que ya había dicho– es difícil ser patrón en Brasil”, sentenció el político ultraderechista.

Bolsonaro viajó ayer desde Río de Janeiro hacia San Pablo, donde se sometió a exámenes médicos previos a la cirugía que tiene prevista para retirar la bolsa de colostomía que se le colocó tras el ataque con un arma blanca que sufrió durante la campaña electoral, que le afectó la zona intestinal. Si bien no hay fecha para la operación, se estima que se le practicará la cirugía en enero, luego del Foro Internacional de Davos, en Suiza, al que ya confirmó que asistirá.

Pero así como irá a Suiza, Bolsonaro se mostró profundamente crítico y cuestionó la validez del Acuerdo de París –que apunta a reducir el calentamiento global– y aseguró que Brasil se retirará de ese convenio si no se hacen algunos cambios, ya que, a su entender, afecta a la soberanía del país.

El presidente electo dijo que en el marco del acuerdo, Brasil debe reforestar un área “enorme”, del tamaño de todo el estado de Río de Janeiro, algo que consideró imposible de cumplir. Durante una transmisión en vivo en Facebook, el martes de noche, dijo que el incumplimiento de esas condiciones traería consecuencias, “incluso sanciones de fuerza”, y agregó: “No podemos poner en riesgo la soberanía nacional”.

Bolsonaro se mostró partidario de construir represas hidroeléctricas en la Amazonia y afirmó que intentará activar la producción minera en el estado norteño de Roraima, uno de los más pobres del país. “Vamos a poner punto final a las licencias ambientales que frenan proyectos”, afirmó el mandatario, quien dijo conocer muy bien ese estado. “Es una tierra repleta de minerales. Está toda la tabla periódica ahí”, afirmó.

Al respecto, Bolsonaro dijo que ya mantuvo contactos con los pueblos indígenas que habitan en ese territorio, y que ellos quieren lo mismo que todos los brasileños. “No queremos que las licencias ambientales sigan entorpeciendo el desarrollo de la nación. Los indígenas pueden recibir regalías por la energía y por la minería. ¿Por qué motivo ellos tienen que ser tratados como si vivieran en la edad de piedra?”, se preguntó.

Paralelamente, y también hablando sobre Roraima, Bolsonaro criticó el Pacto Mundial sobre Migraciones, aprobado esta semana por más de 150 países. Dicho estado, que es limítrofe con Venezuela, ha recibido en los últimos tiempos muchos migrantes provenientes de ese país, lo que generó tensiones con la población local e incluso un ataque a un campamento en el que vivía un grupo de refugiados. “Todos somos migrantes en Brasil, pero no podemos dejar las puertas abiertas pensando que todos vienen con una buena actitud”, afirmó Bolsonaro, y dijo que hay que ser cuidadosos en el caso de aquellos que vienen “de una cultura completamente diferente de la nuestra”. Continuó: “No podemos admitir que llegue gente de determinada cultura, que se va a querer casar con nuestras hijas y nietas de diez, 11 o 12 años. No podemos admitir que ese tipo de gente venga a Brasil y le falte el respeto a nuestra cultura y a nuestra religión”.

El futuro presidente de Brasil citó además a Francia y Alemania como dos países que están sufriendo con la inmigración. “Miren cómo está Francia. Miren a Baviera, en Alemania. ¿Ustedes quieren eso para Brasil? Yo creo que no”, concluyó.