Blancos y colorados reconocen que las políticas del gobierno son las mismas que les gustaría estar llevando a cabo si estuvieran en el poder
El semanario Búsqueda publicó ayer declaraciones del ministro del Interior, Eduardo Bonomi, en las que responsabilizaba a las liberaciones de presos que se produjeron a partir de la entrada en vigencia del nuevo Código del Proceso Penal por el aumento de las rapiñas registrado en los últimos meses de 2017. “Esto no puede ser. Si un criminal va preso, tiene que permanecer la mayor cantidad de tiempo posible en la cárcel, así las rapiñas en las calles disminuyen y la violencia y los homicidios dentro de las cárceles aumentan, como debe ser”, indicó el jerarca. Uno de los datos que más llamaron la atención de las cifras sobre criminalidad divulgadas a comienzos de año es el que indica que 45% de los homicidios son ajustes de cuentas entre delincuentes. Una fuente del Ministerio del Interior consideró que se trata de una cifra “alta” aunque “no lo suficiente”, por lo que se debe seguir trabajando “para que 100% de las víctimas de homicidios sean delincuentes, algo que la sociedad uruguaya, con toda su tradición republicana, respetuosa de las instituciones y de los valores democráticos, reclama a gritos”.
El incremento de los ajustes de cuentas tuvo una consecuencia impensada: por primera vez en más de una década, el gobierno y la oposición coincidieron en un tema relacionado con la seguridad. “Como colorados no podemos decirlo públicamente, pero la verdad es que si los delincuentes se están matando entre ellos en lugar de matar a los seres humanos de verdad, quiere decir que estamos bien encaminados”, reconoció un diputado del sector colorado Vamos Uruguay. Un legislador del Partido Nacional opinó, por su parte, que “afortunadamente en los últimos años fuimos abandonando nuestra obsesión por la seguridad para concentrarnos primero en la educación y después en la situación del agro, porque la verdad es que si tuviésemos que salir a comentar esta situación, no tendríamos más remedio que admitir que el gobierno está haciendo lo mismo que nos gustaría hacer a nosotros. Sentimos envidia”.