Lo que cuesta vale. Nacional tuvo que hacer mucho esfuerzo para ganarle a Fénix 2-1. No sólo porque empezó perdiendo, sino además porque en el primer tiempo no jugó bien. Recién en el complemento pudo dar vuelta el partido, gracias a los goles de Diego Coelho y Rodrigo Erramuspe. El albivioleta, que empezó ganando con un tanto de Rodrigo Abascal, no hizo un buen segundo tiempo y, para colmo de males, remó el partido con un hombre menos.
1. Al que madruga...
Pocas cosas resisten un gol, mucho más si la conversión es en los minutos iniciales. Fénix tuvo premio pronto: centro desde la derecha que lanzó Leo Fernández, Abascal, que le gana la espalda a toda la defensa tricolor, toca sutil a la carrera, abre el pie izquierdo y le da dirección a la pelota, que cruzada entra abajo, a la izquierda del panameño Luis Mejía. 1-0 a los 3 minutos del primer tiempo.
Chau, táctica previa; chau, ideas iniciales para Nacional, mientras que para Fénix era replantear el partido de la mejor forma. Con la ventaja a su favor, el albivioleta apretó sus líneas de la mitad de la cancha para atrás y se dedicó todo el primer tiempo a marcar y salir de contragolpe. Y le salió bien, porque los tricolores no encontraron espacio y fueron perdiendo la tranquilidad en el juego.
Ni Sebastián Rodríguez ni Luis Aguiar fueron claros. No pudieron asociarse en la primera elaboración de juego y eso le pesó al equipo. Y si ellos no juegan, pocas pelotas les llegan a los de arriba. Lo que sí le funcionó al tricolor fueron las subidas por los laterales. Alfonso Espino y el argentino Gino Peruzzi fueron opción en ese sentido; profundizaron en varias ocasiones, pero a la hora del centro al área siempre ganaron los lungos defensas de Fénix. A tal punto que cuesta encontrar una jugada clara de gol de Nacional en ese tramo del partido. Incluso fue Fénix el que pudo aumentar con un cabezazo de Santiago Fosgt que se fue desviado.
2. Cambio de óptica
Lo primero que hizo el entrenador Alexander Cacique Medina para el segundo tiempo fue cambiar los extremos de lugar: Leandro Barcia pasó a jugar por la izquierda y Gonzalo Bueno se fue a la derecha. La idea fue sensata: cambiar las sociedades, o sea, que Barcia jugara con Espino y Aguiar, y que Bueno lo hiciera con Rodríguez y Peruzzi.
Pasaron diez minutos desde eso y Nacional tuvo la primera: un tiro desde afuera del área de Espino que controló bien Darío Denis. No debe pasar desapercibido el dato de que el tiro del Pacha fue de larga distancia. Era representativo del partido, en el que Nacional quería pero no podía influir cerca del arco de Fénix, entonces aprovechaba cada hueco para patear.
Ahí empezó a jugar mejor el tricolor. Cuando promediaba el segundo tiempo, era mucho mejor que su rival, casi decidido a meterse atrás y jugar con la ventaja a favor. Pero así como los goles suelen ser determinantes, las expulsiones también lo son. Fénix se quedó sin Abascal por doble amarilla y Nacional le tiró el equipo y las ganas encima. El Cacique dejó tres en el fondo y sumó jugadores de la mitad de la cancha para arriba. Contrario al primer tiempo, tuvo paciencia para elaborar las jugadas. Empezó a generar riesgo una y otra vez, hasta que Coelho puso el empate. Minutos después, el argentino logró dar vuelta el partido y fue definitivo. Medina volvió a formar una línea de cuatro en el fondo con el ingreso de Matías Viña, y Fénix no pudo generar para empatar el partido.
3. Cambios y resultados
Alternando entre Copa Libertadores y Apertura, a Medina le sale bien la estrategia. Un equipo juega a nivel internacional, otro íntegramente diferente lo hace en lo local. Le cuesta, nadie diría lo contrario, pero al final sale la foto.
No es una foto cualquiera. Es una que le permite tener a los jugadores frescos y concentrados en la parte del papel que le toca en este inicio de temporada a dos bandas. A la luz de los hechos, va primero solo en el Apertura con puntaje perfecto y tiene una buena oportunidad de meterse en la fase de grupos de la Libertadores. Y tal vez lo más importante: es una foto donde salen todos. Puntal necesario para sostener la autoestima colectiva.