El estreno ramplense en la Sudamericana no tuvo un final feliz. El equipo del Ronco Luis López perdió 2-0 con Universidad Técnica de Cajamarca en la costera ciudad de El Callao y quedó complicado en esta serie de la primera fase del torneo, que tendrá su revancha el jueves 8 de marzo en el estadio Luis Franzini. Fue una pena la caída ramplense, porque los peruanos no son un equipo superior, aunque ayer supieron aprovechar al máximo las ocasiones en las que su rival bajó la guardia.
El primer tiempo del partido, jugado ante un centenar de personas –la mitad de ellos, aproximadamente, hinchas picapiedras–, fue parejo y los uruguayos pudieron adelantarse en el marcador a los seis minutos, luego de una buena jugada colectiva que terminó con un tiro de Diego Benítez que se fue apenas afuera. Rampla estaba bien parado y no la estaba pasando mal, pero en la primera llegada de los peruanos, a los 33 minutos de juego, un mal cierre del lateral zurdo Fabián Píriz dejó de cara al gol a Junior Ponce, que con un remate seco, pegado al palo, dejó sin asunto al arquero Rodrigo Odriozola.
En el arranque del segundo tiempo, los rojiverdes se fueron arriba y tuvieron una clara ocasión para empatar, pero el delantero floridense Julián Lalinde erró en la definición. De todas maneras, daba la sensación de que el empate no estaba lejos; no obstante, instantes después el partido se le complicó a Rampla. El delantero Benítez manoteó una pelota en forma intencional y se fue expulsado por doble amonestación. Eso cambió las condiciones del duelo, pero lo peor para los cerrenses estaba por llegar. Tras un córner y un quedo defensivo masivo, el zaguero peruano Luis Cardoza puso el 2-0, que le pegó feo a Rampla.
El Ronco López metió cambios ofensivos y el equipo, aun sintiendo el trajín del partido, se fue arriba en busca del descuento, y si bien tuvo alguna ocasión de lograrlo, la más clara fue una jugada de Ignacio Panzariello que fue contenida por el arquero peruano, por lo que se terminó quedando sin nada. El 2-0 parece una diferencia más que apreciable para los peruanos, pero tampoco es una distancia imposible para los picapiedras, que mucho deberán mejorar si quieren avanzar a la segunda fase de la Sudamericana.