Renunció ayer el subsecretario general de la Presidencia argentina, Valentín Díaz Gilligan, cuestionado por haber omitido en su declaración jurada una cuenta de más de 1,2 millones de dólares en un banco de Andorra cuando era funcionario del gobierno porteño. La cuenta estaba a nombre de la empresa Line Action, dedicada a comprar y vender jugadores de fútbol, y Díaz Gilligan figuraba como accionista y director, según publicó el viernes el diario español El País. El funcionario dijo que no obtuvo ganancias con esa firma, y que figuraba allí sólo para hacerle un favor a Francisco Paco Casal, que tenía problemas con la Dirección General Impositiva.

Sus explicaciones no conformaron a la oposición. El diputado kirchnerista Rodolfo Tailhade presentó una denuncia contra Díaz Gilligan por “lavado de activos”, mientras que otra integrante de esa bancada, Fernanda Vallejos, le pidió al jefe de gabinete de Mauricio Macri, Marcos Peña, información sobre aquellos funcionarios que tengan o hayan tenido participación en empresas offshore. Incluso aliados del macrismo en la coalición Cambiemos cuestionaron que el funcionario siguiera en su cargo.

En su carta de renuncia, Díaz Gilligan manifestó que las acusaciones en su contra son falsas y “así quedará debidamente comprobado”, y que no cree “necesario continuar aferrado al cargo en medio de un debate mediático” sobre lo que hizo cuando estaba “en la actividad privada”.