Joaquim Silva e Luna se integró al Ejército en 1969, durante la dictadura militar, y desde entonces ha ocupado distintos cargos, hasta que en 2011 fue promovido a general. Hizo cursos en Israel y en Estados Unidos, así como un doctorado en ciencias militares. Más recientemente, pasó a la reserva y fue convocado para sumarse al Ministerio de Defensa, donde llegó a ser secretario general de la cartera durante el gobierno de Dilma Rousseff. Ahora, gracias a una decisión de Temer, será el titular de esa cartera.

La creación del Ministerio de Defensa estaba dispuesta en Brasil desde la Constitución de 1946, pero durante décadas existía un ministerio para el Ejército, otro para la Fuerza Aérea y otro para la Armada, cada uno dirigido por un integrante del arma correspondiente. Esto terminó, después de múltiples negociaciones con los militares, a fines de la década de 1990, cuando el gobierno de Fernando Henrique Cardoso oficializó la creación de la cartera con la dirección del entonces senador Élcio Álvares, que había estudiado los ministerios de Defensa de otros países para instalar el brasileño.

Desde ese entonces fueron civiles los que dirigieron la cartera, que tiene a su cargo la dirección de las Fuerzas Armadas brasileñas. Algunos de los políticos que han ocupado el cargo, como el también ex canciller Celso Amorim o Nelson Jobim, han insistido en que es importante que sea un civil el que dirija este ministerio, como una forma de dejar sentado que los militares están subordinados al poder civil y no tienen total autonomía.

Temer no siguió esa norma no escrita al designar a Silva e Luna titular del Ministerio de Defensa. Medios brasileños informaron que esta decisión es un gesto de Temer hacia las Fuerzas Armadas, cuyos comandantes han mostrado cierta molestia por el uso que se ha hecho de los soldados durante su gobierno, especialmente con la intervención en Río de Janeiro, de la cual el Ejército se ha desentendido.

A su vez, también en Río se dispuso un cambio ministerial. Cuando Temer ordenó la intervención del Ejército, puso su cargo a disposición el secretario de Seguridad del Estado, Roberto Sá (el sucesor de José Beltrame, que es considerado el autor del modelo de las Unidades de Policía Pacificadora en las favelas). Ayer se informó que el cargo de Sá será ocupado por el general Richard Fernandez Nunes.

En el gobierno nacional, Silva e Luna sustituye a Raul Jungmann, que pasó a ocupar el cargo de ministro de Seguridad, una nueva cartera cuya creación fue publicada ayer en el Diario Oficial. Jungmann fue uno de los impulsores de la decisión de intervenir militarmente Río de Janeiro. Acerca de esa decisión, el general Walter Braga Netto, el interventor designado por Temer, dijo que “Río de Janeiro es ahora un laboratorio para todo Brasil”, y agregó que él no puede responder si la intervención se extenderá a otros estados.