El secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, continúa su gira por América Latina y el Caribe. Después de visitar México, ayer estuvo en Argentina, donde se reunió con el canciller Jorge Faurie y hoy será recibido por Mauricio Macri en la Casa Rosada. En todas sus reuniones Tillerson habló de presionar más al gobierno que encabeza Nicolás Maduro en Venezuela.

México, Argentina, Perú, Colombia y Jamaica son los cinco países latinoamericanos y caribeños que habrá visitado Tillerson cuando termine su gira. Tanto en México como en Argentina, después de reunirse con Tillerson, representantes gubernamentales destacaron las conversaciones que mantuvieron acerca de las relaciones bilaterales y, en particular, sobre el comercio. Por su parte, el estadounidense hacía hincapié en Venezuela y pedía más presión sobre el gobierno de Maduro.

Tillerson dejó claro antes de salir de Estados Unidos cuáles eran los objetivos de esta gira –la primera que lleva adelante en esta región–, en un discurso que dio en la Universidad de Texas, en el que repasó el diagnóstico que hace el gobierno de Donald Trump de la situación de varios de los países latinoamericanos. Se refirió en particular a Venezuela, y opinó que ese país necesita que Maduro abandone la presidencia para dejar de sufrir una crisis humanitaria de la que considera culpable al gobierno y a la corrupción.

Llegó a decir que la solución podía pasar por la intervención de los militares venezolanos, en una frase que después matizó, en México, para asegurar que lo que quiere Estados Unidos es que en Venezuela se restituya la vigencia de la Constitución mediante elecciones “democráticas, abiertas y verosímiles”.

En ese mismo discurso, Tillerson reivindicó la doctrina Monroe y aseguró que “es tan relevante hoy como lo fue entonces”, cuando fue implementada por primera vez, en 1823. Durante los gobiernos de Barack Obama esta doctrina había sido considerada desactualizada por John Kerry, quien en 2013 anunció que Estados Unidos la dejaba de lado y pasaba a considerar a todos los países americanos cooperantes iguales.

Otro punto destacado por Tillerson en ese discurso fue la preocupación de Estados Unidos por la creciente presencia de China y Rusia en América Latina y el Caribe. “Nuestra región debe ser diligente y protegerse de poderes extrarregionales que no reflejan los valores fundamentales compartidos en la región”, dijo en Texas. Este punto fue retomado en la primera cita de su gira, una reunión con los cancilleres de México y Canadá, Luis Videgaray y Chrystia Freeland, respectivamente. “Sabemos que Rusia tiene sus huellas dactilares en elecciones de todo el mundo. Mi recomendación es que presten atención a lo que sucede”, dijo, refiriéndose a las elecciones presidenciales mexicanas de julio.

Presión y rechazo

El pedido de Tillerson de aumentar las presiones contra Venezuela fue acompañado en México y Argentina por las declaraciones de sus colegas latinoamericanos, aunque estos moderaron su tono. Videgaray dijo que en Venezuela “está en juego la democracia como forma de gobierno” y que México no puede “permanecer indiferente ante su sistemático deterioro”. Agregó que su país tendrá una “participación activa” en la resolución de la crisis, pero, subrayó, “siempre respetando” la soberanía venezolana y rechazando cualquier alternativa que incluya el uso de la violencia “interna o externa”.

Ya en Argentina, Tillerson aplaudió “el liderazgo” de ese país en las presiones contra Venezuela, y elogió al gobierno de Macri: “Nos encanta ver el liderazgo de Argentina y le deseamos la mejor de las suertes en el G20. Las relaciones son cada vez más sólidas, y trabajamos conjuntamente para establecer un continente más seguro y próspero”.

Por su parte, Faurie aseguró que el gobierno argentino se sumará “a todos los mecanismos a nivel regional que permitan no aceptar las decisiones del gobierno de Maduro”, pero consideró que el camino de las sanciones es más complejo, porque estas “no pueden afectar al pueblo venezolano”.

En la conferencia de prensa conjunta con Faurie, Tillerson dijo que Estados Unidos está evaluando sancionar a Venezuela mediante la adopción de alguna medida para reducir la compra de petróleo venezolano por parte de su país.

Venezuela, por intermedio de su cancillería, fue el primer país que criticó la gira de Tillerson. Consideró que Estados Unidos busca “provocar un cambio violento del presidente constitucional” e “incrementar las presiones sobre gobiernos de la región para que acompañen el perverso plan de agresiones contra Venezuela”. El sábado, día en que el secretario de Estado visitó Bariloche, se pronunció la Alianza Bolivariana para América, con un comunicado en el que rechazó la gira de Tillerson y consideró que en torno a estas visitas oficiales “surgirán nuevas maniobras de agresión contra quienes luchan por sociedades justas y solidarias”.

Todos los países por los que Tillerson pasará en su gira, excepto Jamaica, integran el denominado Grupo de Lima, que rechazó el llamado a elecciones anticipadas, exigió garantías si estas se realizan y puso en duda el reconocimiento de sus resultados. El secretario de Estado visitará mañana Perú, donde se reunirá con el presidente, Pedro Pablo Kuczynski, luego irá a Colombia para mantener un encuentro con Juan Manuel Santos y terminará su gira en Jamaica.