Los salvadoreños votaron ayer en elecciones parlamentarias que definirán la gobernabilidad del último año de mandato del presidente Salvador Sánchez Cerén, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). El Congreso unicameral, de 84 escaños, es mayoritariamente opositor y la bancada más grande la tiene la conservadora Alianza Republicana Nacionalista (Arena), lo que ha dificultado la aprobación de algunas iniciativas impulsadas por el Ejecutivo. El oficialista FMLN cuenta con una bancada de 31 diputados, cuatro menos que Arena.

La necesidad de una mayoría parlamentaria oficialista estuvo en el centro de la campaña electoral del FMLN. “Si queremos continuar con las transformaciones, entonces debemos cerrar filas e ir a votar por la bandera del FMLN”, dijo uno de los candidatos en el cierre de la campaña, el domingo 25 de febrero, una semana antes de la votación.

Otro asunto de campaña fueron los programas sociales impulsados por el FMLN, que enfrentan una fuerte oposición en el Congreso. La derecha los considera un “despilfarro” y denuncia que han sido utilizados con fines políticos. Pese a esto, hasta ahora el oficialismo ha logrado mantener esos programas con reducciones mínimas en sus presupuestos.

Contra las expectativas del oficialismo, las encuestas previas a la votación de ayer concluían que la oposición lograría mantener su mayoría en el Congreso y que incluso se reduciría la actual bancada del FMLN. Si esos fueran los resultados, el Ejecutivo tendrá que seguir moderando sus iniciativas para lograr los votos de pequeños grupos conservadores que le permitan aprobar sus proyectos con la mayoría simple de 43 votos. Además, le será casi imposible cumplir con su principal promesa de campaña, la de reformar la Constitución para habilitar mecanismos de democracia directa que den a la población “más participación y poder de decisión”. A esto se suma que una de las principales propuestas de Arena es la de aprobar una ley de austeridad para los gastos de todos los órganos del Estado, incluido el Ejecutivo.

Arena también llegaba con ventaja en las elecciones para la alcaldía de la capital, San Salvador. Su candidato, el empresario Ernesto Muyshondt, superaba en las encuestas a Jackeline Rivera, del FMLN. Actualmente la capital es gobernada por Nayib Bukele, que fue expulsado del FMLN en octubre, después de haber sido acusado de estar vinculado con actos de corrupción. De los 262 municipios que tiene El Salvador, 119 son gobernados por Arena y 82 por el FMLN.

Las encuestas previas también mostraban una gran falta de interés en las elecciones por parte de la población: a comienzos de febrero el porcentaje de indecisos superaba el 50%. Una encuesta de la Universidad Centroamericana estimó que 78% de la población cree que “los partidos políticos no representan sus intereses”. En este contexto, se preveía una gran cantidad de votos en blanco o anulados, algo que algunos ciudadanos promovían en las redes sociales. Como contrapartida, los líderes de los principales partidos salvadoreños llamaron a los ciudadanos a que ayer fueran a las urnas y eligieran a sus representantes.