Tal como lo había anunciado, el presidente estadounidense, Donald Trump, formalizó ayer la decisión de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio. La medida, que por ahora no incluye a México ni a Canadá, implica un arancel de 25% para el acero y de 10% para el aluminio, productos que Trump calificó de “vitales” para la “seguridad nacional” de su país. Acerca de los países que no fueron incluidos en esta política, Trump dijo que tiene la “impresión” de que Es- tados Unidos va a alcanzar con ellos un acuerdo sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (o NAFTA). “Si lo logramos, no habrá aranceles para Canadá y México”, agregó.

El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, opuesto a esta política del presidente, pese a que también pertenece al Partido Republicano, dijo ayer que tiene miedo de que traiga “consecuencias no deseadas”. Agregó que “hay indudablemente malas prácticas comerciales por parte de naciones como China, pero el mejor enfoque es la aplicación [de una política] dirigida contra esas prácticas”, y consideró que la economía y la seguridad nacional de su país “se fortalecen mediante el fomento al libre comercio” con sus aliados “y la promoción del Estado de derecho”.

También defendieron un mercado abierto 11 países de la cuenca del Pacífico que ayer firmaron un acuerdo comercial que comenzaron a negociar cuando Estados Unidos se retiró del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP). Se trata del TTP11, que según informó la agencia de noticias Efe abarca 498 millones de personas y 13% de la economía del planeta. El acuerdo fue firmado en Chile por ministros de ese país, Australia, Brunéi, Canadá, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.