La investigación sobre el asesinato de la edil carioca del Partido Socialismo y Libertad (Psol) Marielle Franco y su chofer, Anderson Gomes, se enfoca en la hipótesis de que fue cometido por una milicia. Así lo dijo ayer el ministro de Seguridad Pública de Brasil, Raul Jungmann, a la radio CBN. Agregó que esa es la principal hipótesis con la que trabaja la Policía Civil de Río de Janeiro.
Jungmann vinculó el asesinato de Franco con su trabajo en una comisión parlamentaria que investigó la actuación de milicias. Se trata de organizaciones armadas que reúnen mayoritariamente a ex policías y policías corruptos que se organizan para aplicar el control sobre un territorio y obtener beneficios económicos. Actúan, por ejemplo, mediante el soborno y la extorsión, pidiendo pagos a comercios a cambio de protección, y también a grupos dedicados al narcotráfico, que deben pagarles para que les permitan seguir funcionando.
El sábado miles de personas se movilizaron en Río de Janeiro para exigir justicia a un mes del asesinato de Franco, activista feminista, militante por la diversidad sexual y los derechos de la población negra de Brasil, que se definía como “hija de las favelas” y denunciaba irregularidades en la actuación de las fuerzas de seguridad presentes allí.
El ministro defendió la investigación del asesinato ante las críticas de que está estancada. Dijo que hay ocho equipos trabajando en este tema y que “están avanzando”. En la misma línea, pidió paciencia, tras señalar que “el caso de Marielle tiene 30 días” y que otros han necesitado de dos y hasta tres meses para que se detuviera o acusara a los responsables.
Desde un comienzo la Policía Civil consideró que se trataba de un crimen cometido de manera metódica por varios indicios, entre ellos que Franco recibió cuatro tiros en la cabeza. La última novedad del caso que se conoció es que en una de las balas había una huella digital parcial. Este mes también fue asesinado Alexandre Pereira Maria, el colaborador de otro edil que había sido llamado a declarar como testigo.
El lunes, el jefe de la Policía Civil, Rivaldo Barbosa, se reunió con la familia y personas cercanas a Franco para darles a conocer las novedades del caso. Quien era la pareja de Franco, Monica Benício, dijo que se trató de una reunión “excelente” que tuvo un efecto tranquilizador, pero no quiso referirse a las declaraciones de Jungmann.
Los dichos del ministro fueron criticados por el líder del Psol carioca, el diputado estadual Marcelo Freixo, quien consideró que no corresponde que el ministro hable sobre las líneas de investigación. Además, opinó que este tipo de afirmaciones “pueden incluso entorpecer el trabajo de la Policía”.
El mismo día en el que el ministro de Seguridad vinculaba el asesinato de Franco con la comisión parlamentaria que investigó el funcionamiento de las milicias, se le retiró la protección policial a Freixo, que fue el presidente de esa comisión.