A pesar de las medidas de seguridad anunciadas para evitar los robos a cajeros automáticos mediante explosivos, entre las que se encuentran la instalación de un sistema que mancha los billetes con tinta en caso de una explosión, estos incidentes siguen repitiéndose varias veces por semana. “Si esto sigue así no vamos a tener más remedio que lanzar una campaña para estimular el robo mediante transferencias electrónicas, criptomonedas y esas cosas. De esta manera se seguiría robando, pero por lo menos no habría tantos daños materiales ni tantas molestias para el público”, afirmó un investigador del Departamento de Delitos Complejos de la Policía. De todas maneras, en el Ministerio del Interior consideran que esta ola de explosiones a cajeros automáticos está “muy cerca de terminar”. Según explicó un jerarca de la cartera, “el modus operandi de estos delincuentes necesariamente implica conseguir una garrafa de supergás. Hoy en día es fácil, pero a partir de junio se va a empezar a complicar. Lo bueno es que vamos a tener un par de meses de tregua en invierno, cosa que nos va a permitir prepararnos para la primavera, cuando empiece a normalizarse la distribución de garrafas”. Entre los proyectos de las autoridades para cuando eso ocurra se encuentra negociar con el sindicato del supergás para que enlentezcan la normalización con medidas sindicales. “Sería como lo que hacían Jorge Batlle y AEBU en 2002”, explicó el jerarca consultado.