Los enfrentamientos entre el gobierno nicaragüense y varias organizaciones sociales que comenzaron el 18 de abril a raíz de la aprobación de una reforma de la seguridad social ya se cobraron decenas de víctimas mortales. “De Nicaragua no sabemos tanto como de Venezuela, así que todavía no tenemos una posición clara sobre los manifestantes. Lo único que podemos decir por ahora es que son agitadores financiados por las oligarquías locales y por Estados Unidos”, expresó un legislador frenteamplista. Pero algunas declaraciones de oficiales de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos aparecidas en el Washington Post parecerían indicar que el gobierno de la potencia del norte no está detrás de estas manifestaciones. “El apoyo que le dimos a los contras en los 80 nos costó mucho dinero, y también tuvo un costo político importante, a raíz de la venta de armas a Irán para financiarlos. Afortunadamente, [el presidente de Nicaragua] Daniel Ortega está resultando un método mucho más barato y efectivo para arruinar Nicaragua”, aseguró un veterano oficial de la CIA al periódico. Otro oficial de la agencia de inteligencia reconoció, por su parte, que “los recursos necesarios para sabotear los proyectos de desarrollo de los países latinoamericanos son cada vez menos. Con todos los escándalos de corrupción que hay en los gobiernos de izquierda y con la situación cada vez más desastrosa en la que viven millones de pobres, se nos hace cada vez más difícil reclamarle presupuesto al gobierno federal”.