El ex presidente del Sindicato Médico del Uruguay (SMU), Alfredo Toledo, renunció a la gremial luego de que se conociera que falsificó firmas en documentos entregados ante la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) para pedir licencia gremial. Toledo había falsificado la firma del vicepresidente de la institución, Martín Fraschini. “Nos dimos cuenta de la estafa porque en la firma podía leerse claramente el nombre de la persona, y no existe en todo el país un médico con letra decente”, relató un jerarca de ASSE. La irregularidad se detectó en el marco de las investigaciones que se están realizando por las numerosas irregularidades en ASSE.

Desde el gobierno transmitieron “preocupación” por los efectos que pueden tener estos casos ante la opinión pública. “Cuando pasan cosas de este tipo se consolida la utilización de términos como ʻmafia blancaʼ, y es algo que deberíamos evitar, porque es discriminatorio y estigmatizante para los mafiosos, y genera una condena social. De alguna manera se los está asociando con los médicos, y eso genera un estigma muy injusto, porque no importa qué tan malo haya sido lo que hicieron, tan malos como un médico mafioso no pueden ser”, declaró un funcionario del Ministerio del Interior, y agregó: “Los delincuentes suelen quejarse todo el tiempo por la forma en que se los trata, y en general no tienen razón. Pero si les damos un motivo legítimo para quejarse, nos compramos un problema”.