El candidato del Centro Democrático, Iván Duque, que fue elegido por el ex presidente Álvaro Uribe, aparece en las encuestas de intención de voto con una amplia ventaja en la segunda vuelta de las presidenciales del domingo. Los sondeos publicados en la última semana le dan a Duque una intención de voto de entre 45% y 57%, mientras que el izquierdista Gustavo Petro, de Colombia Humana, oscila entre 34% y 37% y, según todas las encuestas, gana en Bogotá, ciudad de la que fue alcalde.

Duque partió con ventaja desde la primera vuelta del 27 de mayo, cuando obtuvo un respaldo de 39% frente al 25% de Petro. Esa distancia pareció ampliarse cuando Sergio Fajardo, el candidato de centroizquierda que quedó tercero en la primera vuelta, dijo que no respaldaba a ninguno de los candidatos y que votaría en blanco en la segunda vuelta. En cambio, quien era su compañera de fórmula, Claudia López, manifestó su apoyo a Petro, y lo mismo hizo el senador electo Antanas Mockus, que fue una de las figuras de la campaña de Fajardo. Ambos le anunciaron su respaldo el viernes, en un acto en Bogotá en el que Petro estuvo presente. Para conseguirlo, el candidato tuvo que hacer algunas concesiones y asumir 12 compromisos, entre ellos los de no promover expropiaciones ni convocar a una asamblea constituyente. Otro respaldo que obtuvo fue el de Íngrid Betancourt, que estuvo secuestrada por la ahora desmovilizada guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (entre 2002 y 2008). Betancourt, que era candidata a la presidencia cuando fue secuestrada, viajó de París a Bogotá para transmitir su apoyo a Petro.

El domingo el dirigente le envió una carta a otro ex candidato, Humberto de la Calle, que fue vicepresidente y jefe del equipo del gobierno en las negociaciones con las FARC. De la Calle quedó quinto en las elecciones del 27 de mayo y pocos días después anunció que el domingo votará en blanco. En la misiva, que compartió por Twitter, Petro dice que si es presidente va a continuar con los esfuerzos del actual gobierno para avanzar hacia “una paz integral y definitiva”, y agrega: “Lo invito a luchar juntos por las mayorías nacionales para evitar que el país se devuelva a la trampa de la guerra y la violencia”.

De la Calle dijo que votará en blanco pese a que el Partido Liberal, que él integra, anunció que respaldará a Duque, al igual que el Partido Conservador. A su vez, Cambio Radical –cuyo candidato, Germán Vargas Lleras, quedó cuarto con 7,3% de los votos– mostró su sintonía con el candidato uribista.

Por su parte, el gobernante Partido de la U informó que no adoptaría una posición, pero su presidente, Aurelio Iragorri, pidió a los votantes que se inclinen hacia “el cumplimiento” del acuerdo de paz con las FARC, que Petro se compromete a implementar. Duque y los uribistas han asegurado que harán reformas a aspectos del acuerdo que han criticado y en los cuales basaron su campaña por el No en el plebiscito de 2016.

La de los últimos días, según relatan los medios colombianos, ha sido una campaña tensa, en la que personas cercanas a los candidatos han cruzado duras acusaciones. Mientras el uribismo subraya que Petro perteneció a una milicia armada y lo califica de “el candidato de las FARC”, desde los sectores que apoyan a Petro han acusado a Duque de haber aumentado mediante irregularidades la cantidad de tierras que tiene su familia.

También fue una campaña repleta de acusaciones, en la que se ha dicho que Petro quiere “implementar el castrochavismo” en Colombia y que una victoria de Duque implicará “el regreso de los falsos positivos”, en referencia a los jóvenes que el Ejército asesinaba y luego hacía pasar como guerrilleros muertos en combate.