La unidad temática programática (UTP) de género del Frente Amplio (FA) ya culminó la redacción del documento de avances y desafíos, que remitió a la Comisión Nacional de Programa de la coalición de izquierda. Cada UTP debe redactar un documento con tres páginas que registren los avances logrados en la materia por los gobiernos frenteamplistas y otras tres páginas que sinteticen los desafíos y propuestas de cara a un eventual nuevo gobierno del FA.

En el caso de la UTP de género, el documento reafirma la naturaleza “antioligárquica, antiimperialista, antipatriarcal y antirracista” del FA y convoca a “trabajar por un modelo contrahegemónico”. En primera instancia, constata que estamos “ante un reclamo histórico y masivo de la sociedad frente a la desigualdad de género” y afirma que la agenda de género “debe estar en el centro de todas las acciones del próximo gobierno del FA”. Esta agenda debe considerar “las intersecciones de diversas dimensiones que configuran escenarios de desigualdad que afectan en particular a las mujeres: condición de clase, ascendencia étnico-racial, origen territorial, situación de pobreza, discapacidad, edad, ideología, espiritualidad, identidad de género, orientación sexual, entre otras”.

En materia laboral, la UTP propone, entre otras medidas, profundizar las cláusulas de género en los convenios colectivos. En el área educativa, señala la necesidad de incluir la educación en género en los planes de formación docente y reducir la brecha digital de género en todas las generaciones, así como promover la elección de las niñas y adolescentes por carreras relacionadas con las tecnologías, ciencias básicas e ingeniería.

En materia de atención a la violencia de género, sugiere ampliar el sistema interinstitucional de respuesta, asegurando su funcionamiento los 365 días del año sin excepciones. En el área cultural, la unidad plantea impulsar el etiquetado en género en materia de presupuestos, que indique el gasto efectivamente asignado a combatir la desigualdad de género.

Además, la unidad propone implementar medidas reparatorias para mujeres víctimas de delitos de lesa humanidad durante el terrorismo de Estado, extender la pensión reparatoria a las mujeres que fueron al exilio porque sus maridos y/o compañeros fueron obligados a salir del país, y exigir a las inversiones (tanto públicas como privadas) estudios de impacto territorial con perspectiva de género, lo que implica analizar los impactos sobre toda la población del territorio, pero en especial sobre la población femenina.

La UTP considera que debe haber un “considerable aumento” en la inversión para la aplicación de la Ley Integral contra la Violencia Basada en Género (19.580) y para la Ley 19.353, que creó el Sistema de Nacional Integral de Cuidados, “que garantice en ambos casos la cobertura total del territorio de la República”. Propone universalizar el Sistema Nacional Integrado de Cuidados en sus servicios.

Asimismo, la unidad plantea la creación de un “Ministerio de Igualdad de Género y Diversidad de las Mujeres” e impulsar un proyecto de ley de paridad en los cargos de representación política en todos los poderes del Estado y en todos los niveles de gobierno, incluyendo la fórmula presidencial y la integración del gabinete. También señala que es necesario “garantizar la representatividad femenina en el cuerpo diplomático uruguayo de manera paritaria”; en este sentido, recuerda que actualmente Uruguay sólo cuenta con cinco mujeres embajadoras, todas ellas de carrera.

La UTP remarca además que es necesario “reafirmar el Estado laico como garantía de la democracia y el reconocimiento de las personas desde su dignidad humana”. Un documento elaborado por la comisión asesora de género del FA en Maldonado, que se tomó como insumo para el texto de la UTP, alertaba que el laicismo está siendo “sitiado por las religiones”, entre ellas las evangelistas, “que se oponen tenazmente a los avances de las conquistas de las mujeres (planificación familiar, anticoncepción, aceptación de diversos tipos de familia, ley de IVE –interrupción voluntaria del embarazo–, matrimonio igualitario, entre otros)”, así como “las católicas y otras que preservan a ultranza el concepto tradicional de familia y el rol que la mujer debe desempeñar en la misma”, sostenía el texto, titulado “Sobre el verdadero laicismo”. ■