Se celebró ayer en Bruselas una cumbre informal para empezar a trabajar desde la Unión Europea (UE) en una estrategia para gestionar la llegada masiva de inmigrantes a países del bloque.

El encuentro –en el que participaron 16 de los 28 países de la UE– no terminó con la firma de un acuerdo concreto, pero fue útil para intercambiar posturas y avanzar en la búsqueda de consensos. En particular, los líderes coincidieron en la necesidad de trabajar más con los países de origen y tránsito de la inmigración, aumentar la protección de las fronteras exteriores y reformar los procedimientos de asilo. El objetivo principal, según afirmaron después de la reunión, es atajar la “migración secundaria” por la que los demandantes de protección se trasladan de un país a otro dentro de la UE.

Se proponen seguir trabajando en los próximos días sobre estos puntos de consenso para definir el acuerdo en la cumbre prevista para jueves y viernes, en la que participarán todos los miembros del bloque.

Mientras tanto, más de 300 personas esperan en el mar Mediterráneo, en dos barcos, a que algún país europeo las reciba. A pesar de que las embarcaciones están cerca de Italia y Malta, ninguno de los dos países les concedió el permiso para atracar en sus puertos. Varias organizaciones civiles que trabajan en el mar denunciaron esta falta de respuesta ante la situación de los migrantes, que muchas veces llegan a la orilla en pésimas condiciones humanitarias.