Ocho meses después de haber sido encarcelada por increpar y abofetear a un soldado israelí, la adolescente palestina Ahed Tamimi, de 17 años, fue liberada. Junto con ella, también quedó en libertad su madre, Nariman. Las dos fueron trasladadas en la mañana de ayer desde la prisión de Ha Sharon, en el centro de Israel, hacia un puesto militar de Cisjordania.

“La resistencia palestina continuará hasta que la ocupación israelí termine”, dijo Tamimi en una conferencia que brindó en la tarde en el patio de su casa, ubicada en Nabi Saleh, una localidad cisjordana. La joven agradeció el apoyo recibido durante los últimos meses y expresó su deseo de que la campaña por su liberación se extienda al resto de adolescentes palestinos que permanecen en las cárceles de Israel, que según la organización Adameer suman 291. “Estoy feliz, pero mi felicidad será completa cuando todas las mujeres palestinas sean liberadas de las cárceles de la ocupación israelí”, agregó Tamimi.

Por otro lado, la adolescente dijo que aprovechó el tiempo en la cárcel para estudiar y adelantó que su experiencia la impulsó a decidir que cuando termine el liceo estudiará Derecho.

“Siempre nos aseguraremos de que los niños persigan sus derechos para que puedan seguir adelante”, dijo por su parte Nariman. Tanto ella como su hija reivindicaron el papel de la mujer como clave en “la resistencia palestina”.

Después de la conferencia –en la que Tamimi se negó a contestar preguntas de medios israelíes–, madre e hija viajaron a Ramala. Allí, visitaron la tumba del ex presidente palestino Yaser Arafat y fueron recibidas por el presidente Mahmoud Abbas en el palacio de la Muqata.

Abbas se refirió a Tamimi como “un modelo de la lucha palestina por la libertad, la independencia y el establecimiento de un Estado palestino”, citó la agencia de noticias palestina Wafa. Y le dijo a la joven: “La resistencia popular pacífica es la mejor arma para enfrentar la arrogancia de la ocupación [israelí] y mostrar al mundo las barbaridades que cometen”.

Ahed Tamimi (c) ayer, en la aldea cisjordana de Nabi Saleh.

Ahed Tamimi (c) ayer, en la aldea cisjordana de Nabi Saleh.

Foto: Abbas Momani

Tamimi tenía 16 años cuando fue encarcelada en diciembre de 2017, después de que se hiciera viral un video en el que aparece con su madre y su prima increpando y agrediendo a un soldado israelí en el patio de su casa. Su prima fue liberada a los pocos días, pero Tamimi y su madre permanecieron detenidas hasta el juicio militar porque un tribunal israelí consideró que la adolescente era “demasiado peligrosa”.

Durante el juicio, la joven explicó que el día en que fue filmado el video los militares israelíes le habían disparado una bala de goma en la cabeza a su primo de 14 años, en el marco de las protestas que se desataron cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, declaró Jerusalén capital de Israel. “Vi, frente a mi casa, a los mismos soldados que habían disparado a mi primo. No me pude quedar quieta y respondí”, reconoció ante el tribunal.

En marzo, la joven aceptó declararse culpable de cuatro de los 12 delitos por los que estaba acusada –entre ellos, incitación y agresión con agravante– a cambio de una condena reducida. Su madre alcanzó con la Justicia un acuerdo similar.

Cuando fue detenida, Tamimi se convirtió en un símbolo de la resistencia palestina contra la ocupación israelí. Sin embargo, ya tenía un historial de enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes. En otro video que se hizo viral en los últimos meses, se la ve de niña amenazando con el puño cerrado a un soldado israelí que pretendía arrestar a su hermano mayor. Tenía 12 años.