Ante un nuevo aumento del dólar en Argentina, el gobierno de Mauricio Macri anunció una serie de medidas dirigidas a poner límites al alza de la divisa. El Ejecutivo, además, afirmó que quiere evitar efectos negativos en los mercados, que fueron afectados por la caída de la lira turca a raíz de las sanciones impuestas a Turquía por Estados Unidos.

Algunas medidas fueron inmediatas y se anunciaron el lunes, el día en que el dólar rozó los 31 pesos argentinos (en mayo, cuando el dólar llegó a 25 pesos, esa suba motivó otra serie de medidas del Banco Central de la República Argentina, BCRA). Se aumentó la tasa de interés de 40% a 45%, lo que tendrá como contrapartida una mayor recesión en la economía, porque impacta directamente en el consumo.

Por otra parte, se anunció el fin de las Letras del Banco Central (las famosas Lebac), que serán readquiridas por el BCRA a lo largo de los próximos vencimientos. Con esta medida, el gobierno busca cancelar deuda a corto plazo y evitar que cada mes el vencimiento de las Lebac sacuda los mercados por la incertidumbre de si podrá pagar los intereses o la deuda, si sus tenedores (bancos, y en menor proporción, organismos estatales y privados) quieren venderlas.

El gobierno acordó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que el BCRA pueda intervenir en el mercado para moderar los vaivenes del dólar, no sólo con la compra de Lebac, algo que el organismo internacional había vetado en el acuerdo inicial. Pero ayer el Ejecutivo anunció tres medidas destinadas a reducir el déficit fiscal, dejando claro su compromiso con el objetivo acordado con el FMI de llegar a 2,7% para 2018 y 1,4% para 2019. En 2017, el indicador fue de 3,9%.

Una de las tres medidas es la reducción de los reintegros a la exportación, que se ha visto beneficiada por el aumento del dólar. Los reintegros son una práctica instalada en Argentina desde hace décadas, que consiste en la devolución parcial de los impuestos argentinos que pagan los exportadores para evitar la doble tributación –el pago de aranceles en el país de origen y el de destino–. Se pagará hasta 66% de los reintegros que se producen actualmente siguiendo un nuevo esquema para este tipo de operaciones.

Al igual que esta primera medida, la segunda impacta, entre otros, sobre los productores rurales argentinos y consiste en un enlentecimiento del ritmo de la baja de retenciones para algunas exportaciones. En particular, se mantiene la baja en las retenciones que recaen sobre los granos, pero se suspende por seis meses la prevista para aceites y harinas. En el comunicado en el que anunciaron las medidas, el Ministerio de Hacienda informó que las retenciones de aceites y harinas se redujeron desde el 32% de 2015 al 23% actual y se situarán en 18% a fin de año.

La última medida es un golpe para las provincias: se eliminó mediante un decreto el Fondo Federal Solidario, en el que se depositaba el 30% de la recaudación por las retenciones a las exportaciones de soja para distribuirlo entre provincias y municipios. Según el comunicado de la cartera, esta reducción se ve compensada por otras medidas fiscales adoptadas por el gobierno hasta ahora, que aumentaron los ingresos de las provincias.

Horas más tarde se confirmaba que se había frenado el precio del dólar, que comenzó la jornada a 30,7 pesos argentinos y la terminó a 30,4.

“Estas tres decisiones se enmarcan en el proceso de convergencia al equilibrio fiscal para 2020”, manifestó el Ministerio de Hacienda. En el comunicado también se afirma que esto implica una reducción en el gasto público de más de 400 millones de dólares este año y de casi 1.800 el próximo.

Pese a la adopción de estas múltiples medidas en varios frentes, el Ejecutivo le restó importancia a la suba del dólar. “El dólar no es una preocupación”, dijo el presidente del BCRA, Luis Caputo, en un encuentro con varios medios que se llevó a cabo en la mañana. “No pasa nada, tranquilos”, aseguró Macri cuando entraba a la Casa Rosada ayer temprano.