Si bien existe cierto acumulado en la materia en Uruguay, la educación emocional es un tema relativamente nuevo. Así lo consideró el director de Gurises Unidos, Gonzalo Salles, durante el seminario Siento, luego aprendo, que la organización de la sociedad civil organizó junto la fundación estadounidense fundada por uruguayos, ReachingU. Justamente, el seminario apuntó a ser un aporte en la temática a nivel nacional, en la que Gurises Unidos viene acumulando trabajo al respecto. Desde hace algunos años, la organización se desempeña en dos líneas: por un lado, la intervención directa en escuelas; por otro, la formación de educadores en la temática, de modo que lo puedan aplicar a sus prácticas.
En el seminario, que tuvo lugar el jueves, se presentó una publicación que es el resultado del trabajo de la organización, que con el apoyo de ReachingU hizo una experiencia piloto en dos escuelas de Montevideo. En el libro, titulado Siento, luego aprendo. Un modelo de intervención en educación emocional, se plantea que es importante lograr que los niños sean sujetos de su propia educación y que ello implica “prestar atención a sus intereses y motivaciones: lo que les gusta, lo que les da alegría, lo que les da miedo y lo que los frustra, así como lo que les permite darse cuenta de este proceso y gestionarlo”.
En este sentido, uno de los pilares fundamentales de la propuesta de la organización es entender que el “conocimiento de uno mismo, de los demás y las percepciones acerca de las capacidades propias” son elementos centrales e impactan positivamente “tanto en los procesos de socialización como en los procesos de aprendizaje”. “Pero sobre todo contribuye al desarrollo de instituciones al servicio de los ciudadanos, que se estructuran en función de los problemas y necesidades de estos y que buscan generar oportunidades, lo que en definitiva supone la perspectiva de derechos de niños, niñas y adolescentes”, agrega.
Para que ello pueda concretarse se plantea que es fundamental ofrecer herramientas a educadores, de forma que puedan trabajar en la dimensión socioemocional de los aprendizajes. Para concretarlo, en el libro se plantea la necesidad de “darle mayor importancia a las percepciones que los docentes y educadores tienen acerca de sus propias habilidades y competencias”, además de “dimensionar la importancia de las percepciones que tienen acerca de la capacidad para aprender de niños y niñas, ya que estas inciden directamente en la valoración que realizan estos últimos sobre sí mismos”.
Además de detallar cómo fue el proceso de trabajo en el piloto, en el libro la organización hace una serie de recomendaciones al sistema educativo, como la incorporación de contenidos para la promoción de habilidades socioemocionales en la formación docente. También se sugiere la inclusión en los programas educativos “de acciones específicas que contribuyan al fortalecimiento de las habilidades socioemocionales” en los niños, y también trabajar con sus familias “en la construcción de pautas de crianza saludables” mediante las cuales se aborde el fortalecimiento de dichas habilidades. En suma, desde Gurises Unidos consideran necesario revisar las formas de evaluación de los niños en los centros educativos e incluir criterios que permitan evaluar el desarrollo de las habilidades socioemocionales.
El enfoque
En el seminario, las psicólogas Mariana Silveira y Marianela Rosá explicaron que esta perspectiva de intervención contribuye a generar un mejor vínculo entre el docente y sus estudiantes, y que eso a su vez genera mejores condiciones de aprendizaje en el aula. Las integrantes de Gurises Unidos contaron que en las dos escuelas en las que trabajaron los docentes manifestaron interés y apertura para incorporar las herramientas para el abordaje de las emociones en su práctica cotidiana. Por lo tanto, llevaron a cabo actividades de formación para los maestros, así como intervenciones con algunos grupos, en las que también participaron los maestros. La organización siguió tres ejes temáticos para encarar la gestión de las emociones.
Uno de ellos incluye el autoconocimiento –que incluye el reconocimiento de diversas emociones y no sólo las más básicas–, el autoconcepto y la autorregulación. Otro eje temático es el conocimiento de los demás; abarca la empatía y la asertividad, que apunta a “expresar mi punto de vista sin avasallar a los demás”, así como el manejo de los conflictos interpersonales. El tercer eje es la disposición al aprendizaje, en el que entran la automotivación, la autoeficacia, la perseverancia, la postergación de la gratificación y la tolerancia a la frustración.
En el seminario también expusieron los docentes Elia Rivero, Laura Robaina y Álvaro Giudice, quienes este año se formaron en la temática en un curso que brindó la organización, para el que se postularon más de 200 personas. Los tres coincidieron en que haber incorporado ese enfoque enriqueció su trabajo docente y mejoró sensiblemente el vínculo con sus estudiantes.