Ya pasaron prácticamente dos meses desde que, en una sesión histórica, la Cámara de Diputados de Argentina aprobara el proyecto de ley que busca despenalizar y legalizar la interrupción voluntaria del embarazo. Desde ese día, desfilaron por el Congreso decenas de especialistas y representantes de distintos sectores, para volver a exponer sus posturas a favor y en contra de la iniciativa. En muchos casos las intervenciones fueron polémicas, sobre todo por parte los sectores conservadores, que luego de la derrota en la cámara baja parecen haber resurgido en una versión reloaded. La exposición más cuestionada fue la del médico Abel Albino, quien dijo que los preservativos “no sirven” para prevenir las enfermedades de transmisión sexual y aseguró que “el sida atraviesa la porcelana”, entre otros disparates.
Puertas afuera, la campaña a favor y en contra de la iniciativa también se intensificó, en las calles, en las redes sociales y en los medios. El miércoles 8 de agosto los senadores definen el partido y el marcador está cerrado, aunque el equipo “pro vida” tiene una leve ventaja.
Actualmente, hay tres posturas en juego: quienes están a favor de la media sanción tal como fue votada en Diputados; quienes rechazan el proyecto y quienes piden que se le hagan modificaciones. Esta última alternativa fue planteada inicialmente por tres senadores de Córdoba –dos de ellos integrantes de la coalición de gobierno Cambiemos y el tercero del Partido Justicialista–.
Entre las principales modificaciones que proponen los senadores cordobeses se destacan las de acortar el plazo para que se practique un aborto de la semana 14 a la 12 de gestación, incorporar la objeción de conciencia institucional y eliminar el artículo que penaliza a los médicos que se nieguen a interrumpir un embarazo o retarden esa interrupción. También proponen que se incorpore la producción pública de medicamentos como el misoprostol, que el Estado deberá proveer a las provincias.
Los cambios fueron rechazados por las organizaciones que integran la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que argumentaron que significaría un “retroceso” respecto del texto aprobado por los diputados en junio. Entre otras cuestiones, la Campaña Nacional considera que acortar los plazos “vuelve a empujar a las [mujeres] más vulnerables a la clandestinidad”, y que con la objeción de conciencia institucional “se sostiene la desigualdad territorial en el acceso al derecho”, según citó el diario argentino Página 12.
De acuerdo con el sondeo que actualizó ayer el diario La Nación, 32 senadores de los 72 que integran la cámara votarán en contra de la ley, mientras 25 se pronunciarán a favor. En tanto, son siete los legisladores que reclamaron que se hagan modificaciones al texto legislativo y otros siete los que se declararon “indecisos”. Además, la senadora peronista de Neuquén Lucila Crexell ya adelantó que se abstendrá.
Para que el aborto sea legalizado es necesario que el 8 de agosto pasen dos cosas: que haya cuórum –es decir, que al menos 37 senadores estén presentes al momento de votar– y que el proyecto consiga como mínimo un voto más.
Esta semana es decisiva. Hoy tendrá lugar la última audiencia de especialistas y mañana las comisiones del Senado que tratan el proyecto –Salud, Asuntos Constitucionales y Justicia– deberán emitir el predictamen que llevarán a la votación de la semana que viene.
Esta reunión será clave porque se podrá conocer qué postura será la mayoritaria, un dato importante ya que el texto que consiga más firmas será el analizado en primer lugar en el Senado. Según fuentes parlamentarias consultadas por Página 12, el predictamen podría conseguir 24 firmas contrarias a la ley –tal como fue sancionada en Diputados– y 22 a favor. La decisión de los tres senadores cordobeses sería definitoria. Si deciden mantener su postura de introducir cambios en el texto, inclinarían la balanza hacia el lado de los “pro vida”.
Mientras tanto, las movilizaciones callejeras continúan. Hoy, a partir de las 10.00, se realizará el último “martes verde” frente al Congreso y en distintos puntos del país, convocado por la Campaña Nacional. El lema elegido fue “Por un dictamen sin modificaciones”. De tarde, habrá además un “estudiantazo federal”, con charlas sobre educación sexual y contra la violencia de género.
Grupos contrarios a la despenalización del aborto se movilizaron ayer frente a la residencia de Olivos, donde vive el presidente argentino, Mauricio Macri, para repudiar que haya “facilitado” el debate del proyecto en el Congreso.