Los festejos de la última generación de egresados de la Facultad de Medicina, el 31 de julio en el Mercado del Puerto, generaron más de una polémica. En primer lugar, por el estado en el que dejaron la plaza que está frente al mercado: además de llenar los pisos de engrudo, vomitaron, orinaron y defecaron en las calles y en las puertas de las casas vecinas. Desde el Sindicato Médico del Uruguay consideraron que los jóvenes “se manejaron con una irresponsabilidad inaceptable para un médico, porque los profesionales de la salud no podemos permitir que la gente se dé cuenta de que estamos borrachos. Se puede tomar un litro de whisky y hacer una cirugía al mismo tiempo, pero siempre con discreción”.

Ayer salió a la luz que un grupo de médicos recién recibidos robó materiales de la enfermería del hospital Maciel –entre otras cosas, gasas y bolsas de suero, por un valor de 30.000 pesos– para llevar a los festejos. Desde la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) consideraron que se trata de “una prueba irrefutable de que en las nuevas generaciones hay personas que no sólo están preparadas para atender pacientes, sino también para asumir el compromiso de gestionar un centro hospitalario y aprovechar esta circunstancia para sacar algún provecho personal”. Si bien las fuentes reconocieron que el hecho de que los hayan atrapado habla mal de sus habilidades, también recordaron que “se trata de gente joven”. “Además, los médicos con experiencia también se dejan atrapar cada tanto”, agregaron.