Un juez de Birmania condenó ayer a siete años de cárcel a dos periodistas por violar una ley sobre secretos de Estado mientras investigaban una matanza de musulmanes de la etnia rohinyá. Los periodistas Kyaw Soe Oo y Wa Lone –de 32 y 28 años, respectivamente fueron detenidos el 12 de diciembre con documentos supuestamente confidenciales que recibieron de manos de funcionarios de la Policía.

En ese entonces, los dos investigaban para la agencia de noticias Reuters el asesinato de una decena de musulmanes rohinyás cuyos cuerpos fueron descubiertos en una fosa común en el estado de Rakhine, al oeste del país. La información recabada apuntaba al Ejército birmano como responsable de las muertes, que ocurrieron en setiembre de 2017. La agencia publicó el reportaje de Soe Oo y Lone en febrero. Un mes más tarde, siete soldados del Ejército fueron condenados a diez años de prisión. El gobierno alegó que las fuerzas respondieron a los ataques “terroristas” de insurgentes del Ejército de Salvación Rohinyá de Arakán contra puestos de seguridad en Rakhine, el 25 de agosto de 2017.

Se estima que, desde ese día, más de 700.000 rohinyás han tenido que huir a la vecina Bangladesh, donde viven hacinados en campos de refugiados atendidos por organizaciones nacionales e internacionales.

El juez a cargo del caso de los periodistas, Ye Lwin, dijo ayer al leer la sentencia que los condenados “intentaron dañar los intereses del Estado” y que eran culpables de violar la Ley de Secretos Oficiales, una norma que data de la época colonial.

Ambos se declararon inocentes y aseguran que fueron víctimas de una trampa. Esta versión coincide con el testimonio de Moe Yan Naing, capitán de la Policía, quien en abril declaró que un cargo superior les había ordenado a él y otros subordinados ofrecer documentos secretos a Lone para tenderle una emboscada. Esta versión fue negada por las autoridades y no se consideró relevante durante el proceso judicial.

“No tenemos miedo. Sabemos lo que hicimos. Sólo obtuvimos información [...] Creo en la justicia, la democracia y la libertad”, dijo ayer Lone después de escuchar el fallo. “Lo que quiero decirle al gobierno es: nos pueden meter en la cárcel, pero no cerrar los ojos y los oídos de la gente”, afirmó su colega. Para el abogado de la defensa, Khin Maung Zaw, la sentencia “es un mensaje claro a los periodistas de Birmania” para que “mantengan la boca cerrada”.

La condena se anunció una semana después de que un informe presentado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) concluyera que “la cúpula militar de Birmania tenía intención genocida” al perseguir a los rohinyás en Rakhine.

La nueva alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, calificó ayer de “parodia” el juicio al que fueron sometidos los dos periodistas, que en su opinión difundieron una información “de interés público”, y pidió al gobierno que los libere.

Por su parte, el secretario general de Reporteros sin Fronteras, Christophe Deloire, consideró que la condena “pone en cuestión el proceso de transición democrática en Birmania” e hizo un llamado “a las autoridades del país, comenzando por la jefa del gobierno”, Aung San Suu Kyi, para que los ponga en libertad. Birmania ocupa el puesto 137 entre 180 países en la lista mundial de libertad de prensa establecida por la organización.

A su vez, Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la Federación Internacional para los Derechos Humanos se sumaron al rechazo a la condena y pidieron tanto el retiro de los cargos como la liberación inmediata de los periodistas.